Lleno de luz
Lic. Edwin Flores Moya
La Humanidad, desde hace mucho tiempo, está enferma. Los valores humanos están guardados, sin uso. Los males de la sociedad están presentes y muy activos. Lo mundano asfixia a lo espiritual. La espiritualidad ha sido tumbada en el barranco del olvido. La maldad abraza a la Humanidad entera. Ha contagiado a los industriales, a los comerciantes, a los empresarios, etc. El amor al prójimo, la humildad, la ternura, la pureza, la verdad y todo lo bueno pareciera que han huido de la Tierra.
Está funcionando claramente, la destrucción de todas las fuentes de vida, el aire, el agua, etc. La noche caerá con su manto negro y ahogará la vida humana, animal y vegetal.
La Raza Humana no ha entendido que ayer hubo destrucción en fuego, azufre y agua; hoy no sabemos. El Covid-19 avanza y las bacterias, los virus, todos los males y todas las enfermedades, y el ser humano sigue ciego y sordo, caminando abrazado con la maldad.
Ya amerita la presencia de JESÚS; no se sabe cuándo, ni cómo, ni en dónde aparecerá. Es posible que en una de sus poderosas manos lleve el portentoso látigo para limpiar los templos sagrados de tanta hipocresía y de los fariseos modernos. En la otra mano, la Balanza de la Justicia. Unos lo recibirán gozosos, para compartir con él. Otros saldrán despavoridos, asustadísimos, a esconderse. Premio y castigo; reconocimiento de lo bueno y de lo malo. Sonrisa eterna para unos, llanto eterno para otros.
Lamentablemente, todo lo mundano gobierna la Tierra. La Humanidad, ciega, va rumbo al despeñadero de la muerte eterna. Inclinar la cabeza al Dios Verdadero y ser fiel a Él es la única esperanza de estar en el hermoso jardín de Dios para siempre.
