Diario Extra - Aprenda a ser puntual en 5 pasos

Llegar tarde al centro de estudios, al trabajo o a las citas se vuelve hábito, porque ser impuntual se hace costumbre con todo y aunque se tiene consciencia de que se causa mala impresión y es algo que de entrada ya pone en una situación de desventaja a quienes tienen esa costumbre, les cuesta salir de esto.
En general la puntualidad no es uno de los fuertes de los latinos, aunque para ser justos, no son los únicos, ya que los gringos que tienen fama de ser más respetuosos de los horarios, según reveló un estudio, cargan con un 20% de población impuntual y esta mala costumbre podría generar problemas en las relaciones tanto personales como profesionales.
Sorprendentemente, a la mayoría de los impuntuales crónicos de verdad les desagrada llegar tarde, pero es un hábito súper difícil de superar.
Entonces, ¿cómo lo hacen aquellas personas que siempre llegan inmaculadamente a tiempo? Aquellas que, sin importar qué pasa, nunca llegarán tarde… conozcamos algunos de sus hábitos, y tratemos de aprender de ellos.
1. Son realistas. Saben cuánto tiempo toma hacer algo. Los impuntuales en cambio tienen un tipo de “pensamiento mágico”. Si una vez hace diez años llegaron al trabajo en 20 minutos, creen que eso es lo que les va a tomar de tiempo olvidando que el 99% de las veces les toma 30 minutos.
¿Cómo solucionarlo? Pues aprendiendo a contar cuánto toma de verdad hacer las cosas, a contar bien el tiempo. Pero primero escriba cuánto cree que demora en hacer actividades diarias como ducharse, arreglarse en la mañana o trasladarse al trabajo. Luego, por una semana anote cuánto tiempo realmente toma hacerlas. Las personas impuntuales usualmente se equivocan entre un 25% y 35% en estos cálculos. De esta forma será más consciente del tiempo.
2. Hacen un esquema mental. Como las personas puntuales saben cuánto tiempo les toma llevar a cabo distintas cosas, utilizan esa herramienta y hacen un esquema mental. Ya sea para aprovechar bien la mañana o para llegar a la hora a cualquier cita, las personas puntuales hacen esquemas de sus actividades. Por ejemplo, organizan y calculan a qué hora harán cada actividad para tener tiempo suficiente de hacer todo.
3. Se dan un margen de error. Además, generalmente las personas puntuales siempre llegan antes de lo esperado, porque llegar atrasados los estresa y no les gusta estar apurados. Los impuntuales también se estresan por estar atrasados, pero no intentan llegar antes, sino que tienden cronometrar las cosas por minuto.
Por lo mismo se podría decir que las personas puntuales se preparan para “el peor escenario posible”. Si uno se levanta, se viste y prepara para el trabajo a la hora que corresponde, debería llegar a tiempo. Pero esto no es necesariamente cierto. Cualquier cosa puede pasar: que su auto se quede gasolina, que se le olvide el dinero del pasaje, no encuentre las llaves, etc.
Como se preparan para lo peor, las personas puntuales generalmente llegan con tiempo extra, y se sienten cómodos con eso. Aprovechan ese pequeño espacio que les da llegar con antelación a los lugares. Revisan sus mails, leen una revista, llaman a un amigo. Las esperas también pueden ser provechosas.
4. Preparan todo lo que pueden el día antes. Ya sea preparar el almuerzo, ver qué van a ponerse o lo que sea, las personas puntuales planean. Poner las cosas en la silla puede ser de gran ayuda.
Otro consejo de los especialistas es determinar qué le está causando ese atraso crónico o esporádico. Luego, tratar de arreglarlo o prepararlo el día antes podría ayudarle mucho.
También puede ser que algunas personas se ponen más metas de las que pueden lograr en un día. Entonces, si este es el caso, la solución es ser más realista y acortar las tareas.
5. No aplazar el despertador. Este es sin duda otro gran tema sobre la dificultad que algunos tienen para levantarse cada mañana.

SOLUCIONES PARA LEVANTARSE EN UN INTENTO

Poner el despertador en la hora justa y prudente es el primer paso, ya que su cabeza se mentalizará y sabrá que esta es la única opción. Su subconsciente debe saber que solo tiene una oportunidad. Eso, además, le permitirá poner la alarma más tarde y tener un sueño de calidad más prolongado.
Apenas suene la alarma, prenda la luz y levántese. No le dé ningún permiso a su cabeza para que se permita unos 5 minutos más. No la deje “razonar”. Debe ser un reflejo. La molestia y el cansancio de levantarse va a durar literalmente lo que demore en caminar hacia la ducha.
Acostarse a una hora prudente. Si no duerme lo suficiente, no hay nada que le ayude a levantarse de forma más fácil. Asúmalo: el cuerpo necesita ciertas horas mínimas de descanso.