Las manifestaciones y bloqueos vistos en distintos puntos del país tienen un elemento que las diferencia de otras que se realizan usualmente, en este caso no son las agrupaciones sindicalistas las que están en las calles, sino que se trata de costarricenses que están cansados de tantas injusticias, impuestos, o que perdieron sus trabajos.
DIARIO EXTRA conversó con el sociólogo Jorge Rodríguez, quien señaló que pareciera ser que hay muchas personas que no son parte de sindicatos y que están de manera individual en su lucha o como parte de una organización comunal, y decidieron manifestarse públicamente.
“Eso complica mucho más desde el punto de vista organizativo y de respuesta lo que se puede hacer porque, aunque no tenemos claro quiénes son, hay algunos interlocutores que son los que aparecen públicamente”, apuntó.
En esa línea explicó que estos interlocutores hablan en nombre de sus comunidades, pero no son personas que se conozcan como líderes de alguna organización a nivel nacional.
Rodríguez comentó que esto podría ser una señal de la espontaneidad del proceso de manifestación, no obstante, a la vez dificulta la decisión de con quiénes negociar.
El especialista explicó que esto se nota en la reacción al discurso presidencial, pues pese al anuncio de que se retiraría la propuesta inicial con el FMI no se levantaron los movimientos comunales, sino que se intensificaron.
“Esto nos da una impresión de que no hay una estructura organizativa a nivel central, segundo pareciera que podría haber una multitud de bandos, lo que dificulta la posibilidad de ambos lados”, señaló.
Otro punto que vuelve complejo este proceso social es que se da en muchos lugares distintos, contrario a lo ocurrido en años anteriores, cuando los movimientos se llevaban a cabo solo en San José.
Incluso, considera extraño pensar que las organizaciones que en el pasado no tuvieron éxito, ahora tengan 45 puntos bloqueados en distintas partes del país, donde pese a ser pocos en cada sitio, son suficientes para paralizar.
“Eso de alguna manera debería llamar la atención e indicar que hay un malestar muy disperso y muy difícil de identificar en términos de grupos o sectores”, añadió.
MENSAJES
RECHAZADOS
Para el sociólogo, este mismo movimiento ciudadano ha demostrado que el presidente Carlos Alvarado no goza de popularidad ni confianza, por lo que todas las expresiones dadas tras el discurso señalaban que sentían las palabras casi como una burla.
“A eso no abonó favorablemente las declaraciones que el ministro de Hacienda dio minutos después, que uno no sabe si peca por exceso de honestidad o por exceso de ingenuidad política, porque termina el mensaje el Presidente y él dice: ‘Esto lo deponemos por ahora y más adelante seguimos’, pero en un contexto donde se trata de calmar los ánimos, esto no hace más que reafirmar la posición de la gente que decía no podemos hacer caso”, analizó.
PESO PASADO
En este descontento social también pesan situaciones pasadas, tales como la Ley de fortalecimiento de las finanzas públicas, la cual se aprobó luego de que les prometieran a los sindicatos un diálogo con tal de que levantaran la huelga.
“La negociación parte de la confianza entre las partes y de la buena voluntad de las partes, aquí tenemos un enorme problema, que una parte y no la podemos identificar en un solo sector parece no confiar o no tenerle esa buena fe a la parte gubernamental, entonces hay un problema muy complicado”, destacó.
Rodríguez agregó que en este tipo de situaciones emitir un mensaje uniforme que llegue a todos los involucrados es muy difícil, menos cuando se habla de impuestos en un contexto de situación económica difícil.
SITUACIÓN ECONÓMICA
Pese a que la situación económica complicada viene acumulándose desde hace varios años, el gobierno actual tuvo que hacerle frente, pero no lo ha hecho de la forma más adecuada, lo cual incrementa el descontento social.
“La gente se enfrenta a un menú amplísimo de quejas, el malestar es muy grande y hay muchos temas que han venido a agravarse, como el desempleo que ronda el 25%, al que hay que sumarle las personas que han sufrido una reducción de jornadas, suspensión de contrato, entonces la situación económica y social es muy complicada”, dijo.
A esto debe sumársele el contexto de la “no escucha” que aplica el gobierno, el cual incrementa el descontento.
PERIODISTA: Sharon Cascante Lizano
EMAIL: [email protected]
Martes 06 Octubre, 2020
HORA: 12:00 AM
SIGUIENTE NOTICIA