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Opinión

Una restricción sin sentido

EDITORIAL

El lunes 17 de agosto es feriado, por lo acordado en una ley que aprobaron los diputados y el Gobierno respaldó con el único fin de incentivar el turismo local, reactivar la economía y que las familias (dentro de sus burbujas sociales) pudieran tomar un respiro en medio de la psicosis que se ha creado en torno a la pandemia de la Covid-19.

Sin embargo, de manera irracional, el Gobierno insiste en mantener una restricción vehicular que se impone como una barrera para disfrutar del fin de semana largo, la cual aparte crea confusión entre la ciudadanía y expone a las personas a una multa irracional de ¢110.000 justo cuando la crisis económica y el desempleo golpean sin piedad y, sumado a esto, el oficial de tránsito retirará las placas del automotor, de modo que el conductor deberá atravesar un viacrucis de trámites que tardan hasta varias semanas para recuperar dichas matrículas.

Para ejemplificar el sinsentido que el Gobierno insiste en promover, si el próximo lunes 17 una familia de la GAM quisiera movilizarse en su vehículo hasta Fraijanes de Alajuela para disfrutar de un rico almuerzo, no podría hacerlo si las placas de su carro terminan en 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9 y 0.

En otras palabras, el Gobierno quiere que esa familia se desplace utilizando el transporte público, en buses repletos por quienes deban laborar de todas formas, donde no se respeta el distanciamiento físico de 1,8 metros.

O bien que vayan caminando o en bicicleta. ¿Se imaginan a una familia cartaginesa trasladándose junta en bicicleta hasta Fraijanes subiendo por Ochomogo? Aunque algunos lo encuentren idílico, o quizá carbono neutral, muchos sabemos que parece ridículo, pero es la opción que le da el Gobierno a la gente.

Esa es la clase de incongruencias que se observan en ciertas directrices gubernamentales de este país, “el más feliz del mundo”, pensadas por personas que toman decisiones desde la comodidad de un escritorio, quienes tienen garantizado un jugoso salario pagado por el resto de la población, de la cual no parecen lo suficiente cercanos como para comprender las postales que el imaginario colectivo puede figurarse con semejantes ocurrencias. 

Por supuesto que las autoridades dirán que no debemos trasladarnos hasta un cantón de alerta naranja y que nos mantengamos en nuestros cantones de origen, en especial si son de alerta amarilla.

Aun así, nos gustaría saber qué criterio técnico-científico aplican el ministro de Salud Daniel Salas y todas las personas que lo rodean para creer que existe un alto peligro de contagio hacia una familia que se traslade en su vehículo a que lo haga en un bus lleno de personas que no conforman su burbuja social. Lamentablemente este, como muchos otros cuestionamientos que a la población cada vez le retumban más, siempre queda sin respuesta por parte de un Gobierno cada vez más hermético.

Hablemos claro, la restricción vehicular no ha demostrado bajo ningún criterio que resulte como una medida positiva para evitar contagios de Covid-19.

Es absurda, nace de una terquedad injustificable y además sirve para que la Administración se aproveche para cobrar multas desmedidas a la población que no tienen cabida en la situación país actual.

Volvemos a insistir en que la ciudadanía ha sido consciente en aplicar las recomendaciones para evitar el contagio, como lavado de manos, uso de mascarillas, distanciamiento físico (cuando el mismo Gobierno lo permite) y cuidado al no romper burbujas sociales, pero ya lo ha dicho la misma Organización Mundial de la Salud (OMS): el virus responsable de la Covid-19 está lejos de irse.

Las expectativas de una vacuna al menos para nuestro país se tornan aún lejanas, por lo menos faltan 7 meses o más, entonces no nos queda otra alternativa distinta a convivir con la amenaza.

No hay lógica tampoco para que una gran mayoría de negocios en los cantones naranja (un total de 22 en todo el país) no puedan abrir durante esta semana del tristemente célebre “martillazo”.

Cuando el país enfrenta un 24% de desempleo y las empresas que aún se mantienen en pie ocupan aprovechar el bálsamo que representa la festividad por el Día de la Madre, el Gobierno insiste tercamente en cerrar y restringir.

¿Qué puede sentir uno de estos empresarios sabiendo que deberá pagar doble el feriado del lunes con la esperanza de abrir, pero que muchas personas preferirán no salir por temor a una multa?

Es momento de enfrentar la pandemia con otro enfoque, uno que verdaderamente incluya las necesidades y opiniones de los gobernados en los temas que los afectan, porque son ellos el verdadero Soberano. Se debe enfatizar un llamado a la conciencia de la gente: el virus no se irá en meses, pero el país no puede soportar más medidas drásticas como el confinamiento y la restricción vehicular, que se imponen, al parecer, solo por capricho o para el provecho de unos pocos.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

EMAIL: [email protected]

Sábado 15 Agosto, 2020

HORA: 12:00 AM

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