Algunos no saben zocarse la faja

EDITORIAL

Desde hace bastante tiempo venimos escuchando a los gobernantes de turno repitiendo como loras que no hay plata. Sin embargo, ante este panorama tal parece que el pueblo es el único llamado a zocarse la faja y ver como elimina gastos del hogar para poder pagar los impuestos que el gobierno impone.

Costa Rica atraviesa una compleja situación fiscal y no puede darse el lujo de botar la plata a la calle como si los billetes crecieran en los árboles. Lamentablemente, el gobierno continúa despilfarrando el dinero en momentos en que el Ministerio de Hacienda mantiene el discurso de falta de liquidez.

Es así como a los jerarcas de las instituciones les remiten directrices para no crear plazas, pero, lejos de eso, algunos tratar de meter goles con los nombramientos para ayudar a sus amigos, conocidos y hasta los pegabanderas colocándolos en algún puesto antes de que acabe la administración del partido de turno.

Pero como si esto no fuera suficiente, una vez montados, entonces empiezan a ver cómo cobrar extras por aquí y por allá. Ocurren entonces situaciones curiosas precisamente en medio de la pandemia, donde mucho salen a hacer trabajos que no corresponden con sus puestos.

Es así que salen a pasear a costillas de la institución donde trabajan, con su respectivo hotelito y comida paga, muchas veces sin que su presencia sea necesaria. Aquí es donde se ve quién tiene puesta la camiseta por el país y quién está nada más para sacar ventajas propias.

Acá lo preocupante es que muchas veces las jefaturas no se percatan de este tipo de situaciones o, peor aún, prefieran hacerse de la vista gorda para no entrar en conflicto con estos abusadores de la función pública.

Con esto vamos a la cuestionada actualización de la plataforma digital de Acueductos y Alcantarillados, la cual fue cuestionada desde su propio anuncio, pues no es momento para gastar $42, 5 millones en esos menesteres.

Entonces dónde quedan los discursos sobre crisis económica que atraviesa el país, parece que fueran solo eso, para asustar a los pobladores con la vaina vacía.

Aquí es donde aparece la malicia indígena y nos pone de malpensados. ¿Será que aquellos recibos por las nubes no fue un error, sino para ver como generaban plata que no tenían y poder hacer su inversión? Esto siempre nos lleva por el mismo camino, el pueblo es siempre el que paga los platos rotos de las “grandes” ideas de los gobernantes de turno.

Uno de los puntos más preocupantes de este tema es que hace unos meses se les había dicho que no había plata, que el país no pasa por el mejor momento económico para hacer este tipo de inversión. Sin embargo, parece ser el capricho de alguien, tal como sucedía hasta hace unos días con el tren eléctrico que pese a no haber claridad con el proyecto alguien insistía en que se iba a realizar sí o sí.

Entre las justificaciones que dan es que modernizar la plataforma tecnológica de la institución no es una ocurrencia, ni un capricho, es más bien parte de un proceso que se ha venido madurando e implementando en los últimos años, plenamente justificado y con sólidos argumentos, al menos esto es lo que dice su gerente.

Pero pongámonos a pensar en frío. Si en medio de las complicaciones económicas que tienen las familias por la pandemia, a alguno de los miembros se le ocurre que quiere remodelar la casa y que para esto se va a endeudar. Ante esta hipotética situación lo más probable que el resto de los miembros se lo impidan, porque no es el momento para gastar un dinero que no se tiene.

Es elemental, no falta tener dos dedos de frente para saber que en medio de una crisis usted no se pone a hacer loco, porque cuando ocupe el dinero para algo urgente, no va a tener qué gastar ni tampoco tendrá la posibilidad de pedirlo.

Antes de invertir en cosas que no son urgentes, en AyA deberían analizar qué está pasando con sus empleados, pues en múltiples momentos han solicitado que se les den los insumos necesarios para trabajar, no solo en herramientas sino en uniformes y zapatos.

En un país donde se requiere una mayor transparencia al momento de la rendición de cuentas, los jerarcas deben ser totalmente abiertos a las funciones que desempeñan y nunca buscar escudarse ante problemas que atraviesa una administración.

El gobierno debe tomar cartas en el asunto sobre los despilfarros en la administración pública. Si piden orden a las finanzas, que empiecen predicando con el ejemplo, de lo contrario el discursito de austeridad estaría sobrando.

La situación fiscal es un problema de todos, no solo de unos cuantos. De nada sirve poner nuevos impuestos a los productos cuando en la casa no se quiere ordenar los gastos.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

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Jueves 13 Agosto, 2020

HORA: 12:00 AM