Parece que al presidente Carlos Alvarado Quesada no le caló el mensaje del Ministerio de Hacienda sobre denunciar negocios que evaden al fisco, específicamente en lo relacionado con el Impuesto al Valor Agregado (IVA).
La información proporcionada por Casa Presidencial deja claro que Alvarado no pagó lo relacionado con el IVA en los servicios de hospedaje y alimentación a los que tuvo acceso en su polémico viaje a Guanacaste el fin de semana.
Las facturas facilitadas por Zapote dejan en evidencia que el Hotel Punta Islita, donde se hospedó el mandatario junto con la primera dama Claudia Dobles Camargo y su hijo no le cobró el IVA por los servicios prestados.
Por ejemplo, la factura No. 125124 con fecha del 10 de agosto del 2020 no detalla cuánto se supone debió retener el hotel por cada uno de los servicios, como las tres cenas, los tres desayunos y los dos almuerzos, cuyo valor fue en total ¢298.320.
Lo mismo ocurre con la factura No. 125125, cuyo detalle refiere al valor de las noches de hospedaje y por el que se desembolsó en total ¢414.000.
En palabras sencillas, todas las facturas deben desglosar lo correspondiente por IVA, incluso en aquellas que cobren el tributo de forma incluido.
Como si fuera poco, al final de la factura proporcionada por Zapote queda claro que el hotel tampoco le cobró al presidente Alvarado el polémico impuesto de forma conjunta.
SIN CLAVE NUMÉRICA
Pero la legitimidad de las facturas proporcionadas por Presidencia no solo genera dudas por ese punto.
Los documentos dejan entrever que no tienen la clave numérica que todas las facturas electrónicas deben portar.
Dicha clave numérica es el consecutivo con que se identifican las facturas, tras las reformas impulsadas por Hacienda.
Este es un número que permitiría identificar el país en que fue emitida la factura. En el caso de Costa Rica siempre empieza con 506.
Basta con revisar la factura de sus compras en el supermercado para encontrar dicho número, el cual es generalmente muy extenso.
“ESAS NO SON FACTURAS”
Un experto en materia tributaria que pidió el anonimato dejó claro que por lo anterior es más que evidente la informalidad en dichas facturas, que parecen más un recibo.
“Esa supuesta factura no cumple con las formalidades de una factura electrónica. Es decir, no es una factura formal. Son más parecidos a un recibo que a una factura, ya que no cumple con los requerimientos de Tributación”.
PERIODISTA: Marco Antonio González
EMAIL: [email protected]
Miércoles 12 Agosto, 2020
HORA: 12:00 AM
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