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Opinión

Sigue la Cancillería haciendo cosas a escondidas

EDITORIAL

Siempre se ha dicho que cuando el río suena es porque piedras trae y cuando las cosas se hacen en silencio, en secreto, a escondidas; las dudas generan mucha preocupación.

Ahora resulta que la Casa Amarilla reformó, vía decreto ejecutivo, el Estatuto del Servicio Exterior para que los politólogos y otros profesionales puedan trabajar en la institución como los diplomáticos.

La modificación se hizo en silencio, ya ni Casa Presidencial ni el Ministerio de Relaciones Exteriores informaron sobre los cambios.

Fue el Colegio de Profesionales en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales quienes dieron a conocer la reforma, que se dio en plena pandemia por el Covid-19.

 Se trata del decreto ejecutivo 42387-RE, el cual establece lo siguiente:

“Para la aplicación del artículo 14 del Estatuto del Servicio Exterior de la República, Ley N° 3530 del 05 de agosto de 1965 y sus reformas, serán observadas las atinencias académicas definidas para las carreras universitarias de Derecho, Economía y Relaciones Internacionales, por parte de la Dirección General del Servicio Civil, en el ‘Manual de Especialidades del Régimen de Servicio Civil’”.

Con los cambios, ya no se entenderá exclusivamente que puedan entrar al servicio exterior los graduados en Economía, Derecho o relacionistas internacionales, sino sus ramificaciones.

En el caso de relaciones internacionales podrán hacerlo los politólogos y en el caso de los economistas, los que ostenten un título de contadores para citar un ejemplo.

Si bien varias iniciativas han buscado realizar este cambio, y de hecho hay un proyecto en estos momentos en la corriente legislativa, el reciente decreto genera varias inquietudes.

La primera la dejó claro la diputada liberacionista Karine Niño, quien ostenta el puesto de presidenta de la Comisión de Asuntos Internacionales.

Como señaló la congresista si bien por un lado el decreto viene a saldar una de las deudas pendientes que existen en materia del Estatuto, queda en evidencia la poca cortesía diplomática y la falta de comunicación del Ejecutivo y el Legislativo.

Para Niño este es solo un apartado minúsculo dentro de la gran reforma que se está tratando impulsar desde la Comisión de Internacionales. Es claro que espera mejor comunicación.

La segunda inquietud tiene relación a cómo un decreto ejecutivo puede modificar una ley como lo es el Estatuto del Servicio Exterior.

Si bien en la Cancillería defienden que todo está a derecho, hay que recordar la famosa Pirámide de Kelsen.

Según explica la propia Procuraduría, dicho concepto se refiere a cómo debe de ser entendido el ordenamiento jurídico y cómo se articulan las normas en los diferentes niveles jerárquicos.

En el caso del derecho público costarricense, la Ley General de la Administración Pública, en su artículo 6°, establece una jerarquía entre las fuentes del ordenamiento jurídico administrativo, la cual deberá estar sujeta al siguiente orden: la Constitución Política, los tratados internacionales y las normas de la Comunidad Centroamericana, las leyes y los demás actos con valor de ley (como en el caso que nos ocupa el Estatuto del Servicio Exterior), los decretos del Poder Ejecutivo que reglamentan las leyes y la de los otros supremos Poderes en la materia de su competencia; los reglamentos del Poder Ejecutivo y los reglamentos de los entes descentralizados; y por último, las demás normas subordinadas a los reglamentos, centrales y descentralizadas.

Así las cosas, es claro que por medio de un decreto jamás se puede reformar una ley, como en este caso la que rige para la Cancillería.

Por último, la tercera inquietud es sobre el propósito de los cambios. Espero que como manifestó el canciller Rodolfo Solano, esta incorporación de las atinencias tenga que solo relación con la incorporación de la carrera diplomática vía el concurso de oposición y no sea utilizada en un futuro como una excusa para que vía inopia el gobierno se ponga a regalar puestos políticos y sigan convirtiendo la Casa Amarilla en un botín.

Ojalá y los diputados estén pendientes de este tema, porque sería muy lamentable que una vez más el Ministerio de Relaciones Exteriores se vuelva a convertir en el ojo de la polémica.

Hoy el país requiere esfuerzos en la parte económica, pero no se vale aprovecharse de situaciones como la pandemia, que nos preocupan a todos, para dejar montados a los mismos de siempre. Al menos, nosotros, en el DIARIO EXTRA, vamos a estar muy atentos.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

EMAIL: [email protected]

Jueves 09 Julio, 2020

HORA: 12:00 AM

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