Fuente: Manual Merck
En la pubertad precoz, los ovarios o testículos maduran y la apariencia exterior del niño se vuelve como la de un adulto, de modo que aparece el vello púbico y la forma del cuerpo cambia. Mientras que, en la pubertad seudo precoz, solo la apariencia exterior cambia, mientras que las glándulas sexuales permanecen inmaduras.
Causas
La pubertad precoz deriva de una liberación acelerada de hormonas sexuales, conocidas como gonadotropinas, de la glándula hipófisis, las cuales afectan los órganos sexuales.
La liberación precoz de hormonas puede deberse a una anomalía en la hipófisis, como un tumor que secreta hormonas, o por una anomalía en el hipotálamo, la región del cerebro que controla la hipófisis.
El 60% de los niños con pubertad precoz presenta una anomalía evidente mientras que el 80% de las niñas de 6 años o más con este trastorno no se consigue identificar ninguna anomalía, si bien la mayoría de las menores de 4 años de edad con pubertad precoz tiene una anomalía cerebral.
En la pubertad seudo precoz, se producen cantidades elevadas de hormonas sexuales masculinas o femeninas a causa de un tumor en las glándulas suprarrenales, en un testículo o en un ovario en la cual estas hormonas no impulsan la maduración de las glándulas sexuales, pero hacen que el niño se parezca más a un adulto.
Puede desarrollarse una forma de pubertad seudo precoz, testotoxicosis en un trastorno hereditario raro que afecta a los niños cuando se produce una maduración de los testículos que no depende del hipotálamo o de la glándula hipófisis.
Síntomas
Tanto en la pubertad precoz verdadera como en la seudo precoz, el niño desarrolla vello facial, axilar y púbico.
Su pene se alarga y su apariencia se vuelve más masculina.
Las niñas pueden comenzar a tener períodos menstruales, desarrollo de los pechos, del vello púbico y del vello axilar.
En ambos puede cambiar el olor corporal y aparecer acné.
Los testículos o los ovarios se agrandan hasta alcanzar el tamaño del adulto.
Diagnóstico
Las pruebas para efectuar el diagnóstico incluyen la medición de los valores hormonales en la sangre y radiografías de la mano y de la muñeca para estimar la madurez de los huesos.
Ecografías de la pelvis y de las glándulas suprarrenales, además de una tomografía o una resonancia magnética, para descartar la presencia de tumores en las glándulas suprarrenales, el hipotálamo o la glándula hipófisis.
