Rusia asegura que logró controlar el derrame de 20.000 toneladas de hidrocarburos salidos de una central térmica que llegó a un río del Ártico en ese país.
"El avance de los hidrocarburos fue detenido. Ya no van a ninguna parte", gracias al despliegue de estructuras flotantes, declaró a la AFP un representante del ministerio ruso de Situaciones de Emergencia en la región de Krasnoyarsk, añadiendo que el bombeo de combustible había comenzado.
"Se están haciendo esfuerzos para eliminar la contaminación", continuó esta fuente. No estaba en condiciones de decir si la progresión del combustible se detuvo en el río Ambarnaya o en el lago Piasino, lo que sería mucho más grave ya que sus aguas fluyen en el río que lleva el mismo nombre, muy importante para la región.
Uno de los depósitos de diésel de la central térmica de la empresa NTEK, filial del gigante minero Norilsk Nickel, ubicada cerca de la ciudad ártica de Norilsk se derrumbó la semana pasada, provocando la fuga de más de 20.000 toneladas de hidrocarburos.
Esta contaminación es considerada por las organizaciones ecologistas como el peor accidente ecológico ocurrido en la región y los equipos de socorro están trabajando para tratar de limitar los daños, en un contexto complicado por las dificultades de acceso al lugar y la escasa profundidad del río, que impide las operaciones en barco.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, declaró el miércoles el estado de emergencia y criticó públicamente a los líderes locales, incluido el presidente de la filial de Norilsk Nickel, que se habría demorado en reaccionar.
La empresa negó haber cometido errores. El viernes, el ministro de Situaciones de Emergencia visitó el lugar para seguir el desarrollo de las operaciones de socorro.
En un comunicado, el ministerio aseguró que, hasta el momento, se han recogido "200 toneladas de gasolina, aceite y lubricantes". Según Norilsk Nickel, el depósito fue dañado cuando los pilares de los hielos perennes que lo sostenían "desde hace 30 años" comenzaron a hundirse, un accidente que podría atribuirse al derretimiento del permafrost debido al cambio climático.
