Kristel Gómez Espinoza, conocida policialmente como La Reina del Sur, quien permanece recluida en la cárcel El Buen Pastor acusada de narcotráfico, protagonizó un violento pleito con otra privada de libertad de apellido Murillo y a quien la apodan como “La Mandadera”.
Las dos reclusas estaban en el ámbito que se le conoce como Casa Cuna, lugar donde permanecen con sus hijos menores de 3 años, mientras cumplen diferentes condenadas por delitos como narcotráfico, homicidio, estafa, robo agravado y otros, por lo que es una zona donde deben tener buen comportamiento y no toleran ningún tipo de problemas.
Después de una minuciosa valoración de los profesionales del Ministerio de Justicia, ambos niños pasaron al cuidado de los familiares cercanos (madre o hermana) de la reclusa o del Patronato Nacional de la Infancia, que lo cuidarán hasta que la mamá cumpla el castigo o la condena.
Pese al drástico distanciamiento, cada niño fue llevado a partir de este miércoles por un lapso de tiempo determinado para que sus mamás puedan darles de mamar, posteriormente son sacados de prisión en un acto que mantiene a ambas reclusas deprimidas por la bronca que mantuvieron por problemas de convivencia.
Por lo que La Reina del Sur fue expulsada de Casa Cuna y fue reenviada al ámbito A4 de indiciadas, ya que espera un juicio; mientras que “La Mandadera” fue ubicada en el sector donde están las reclusas que descuentan una condena.
La bronca se dio en presencia de embarazadas y niños menores de tres años, por lo que las autoridades penitenciarias no aguantaron nada y tomaron decisiones drásticas para evitar que este tipo de acciones se sigan presentando en Casa Cuna.
CELOS ECONÓMICOS
La Reina del Sur fue atendida en el Hospital Clínica Católica, donde dio a luz una niña que se llama Valentina, quien pesó 3.200 gramos y nació este año mediante una cesárea.
Debido a su alto perfil criminal, se desplegó un fuerte operativo de seguridad dentro y fuera del centro médico por parte de los oficiales de la Policía Penitenciaria, quienes fuertemente armados custodiaron a la madre.
La joven de 25 años presentó fuertes contracciones, mientras descansaba en Casa Cuna, por lo cual fue trasladada de urgencia donde fue examinada y sometida a la cirugía.
Fuentes confidenciales informaron a DIARIO EXTRA que la privada de libertad habría pagado ¢900.000 por una estancia de tres días en la clínica, a lo que habría que sumarle el costo de la cesárea.
