En este Día de San Valentín muchas mujeres e incluso hombres, serán agasajados con un ramo de rosas, yerberas o manojos de flores como obsequio para su pareja, sin embargo, expertos en ciencias medioambientales alertan sobre los riesgos que tienen las flores.
Esto por cuanto la corta de cada flor significa una emisión de 3 kilogramos de dióxido de carbono a la atmósfera, y esa resulta ser la parte fea de la industria de la floricultura.
En estos tiempos es más que conocido el impacto que tienen las flores, pues la producción asciende hasta ¢40 billones en el mundo.
La razón del impacto medioambiental se da porque muchas de las flores que se obsequian por San Valentín provienen de la importación, proceso en el cual interviene una alta emisión de gases del efecto invernadero.
Pero eso no es todo, pues en muchas regiones donde predomina la floricultura, esta se da en condiciones artificiales, tal es el caso de Inglaterra o Países Bajos, donde al tener muchos periodos de nubosidad los cultivos se dan en invernaderos donde se hace urgente la utilización de energía eléctrica para calentarlos y permitir el proceso de fotosíntesis.
Ante esta serie de evidencias la propuesta no es no dejar de mostrar el cariño, el aprecio o el amor por la pareja y por ende se recomienda que se cambien los obsequios de flores por un árbol, su plantación contribuye a limpiar hasta 250 kg de dióxido de carbono.
El proyecto de reforestación Tree-Nation lleva sembrados 130 mil árboles desde el inicio de año, y ahora con San Valentín se propone este cambio en la lógica para mejorar las condiciones de toda la humanidad.
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Viernes 14 Febrero, 2020
HORA: 06:07 AM
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