Una alerta 4A en el Aeropuerto Tobías Bolaños, en Pavas, puso a correr a siete unidades de Cruz Roja Costarricense y al menos cinco del Cuerpo de Bomberos.
A las 2 p.m. se dio la alerta de que una avioneta tenía problemas en el aire y tendría que hacer un aterrizaje forzoso, por esa razón se mantuvo un protocolo activo por tres horas.
Uno de los tres trenes de aterrizaje no se desplegó, específicamente el delantero, ante esto el piloto debió hacer sobrevuelos con el objetivo de gastar combustible y planear cómo aterrizaría.
Tras analizar el panorama tomó una decisión y aterrizó de nariz. Su habilidad le permitió caer a la pista con los trenes traseros y dar un golpe seco en la nariz de la aeronave matrícula TI-ALH.
La estrategia fue efectiva porque logró aterrizar sin que el aparato se incendiara, tras caer se arrastró unos 10 metros y dio un giro a la izquierda.
Posteriormente los tripulantes y los cuatro turistas norteamericanos salieron caminando.
“La aeronave impacta cerca de la pista, a unos cinco metros de la pista fue donde impactó, ya venía con los motores apagados por protocolos de seguridad y rastrilla toda la pista. Gracias a Dios todas las personas están gozando de buena salud, tienen golpes que sufren a la hora del impacto como tal, pero nada de gravedad.
Fueron valorados seis, de los cuales dos eran tripulantes y cuatro pasajeros, ninguno ameritó traslado. El golpe fue en columna y cuello, se les suministró un analgésico”, manifestó Carlos Herrera, de Gestión de Riesgo de la Cruz Roja.
La experiencia del piloto Álvaro Chavarría permitió que la emergencia no fuera mayor.
“Era una aproximación normal, a partir de ahí vinieron el socollón y los ruidos. Venía monitoreando, pero nunca me salió el tren y nunca recibí instrucción. Había una muchacha que estaba vomitando, pero era por los 360 grados que debí hacer. Me bajé, pregunté cómo estaban y todos estaban bien”, narró el piloto.
Los turistas viajaban en un vuelo de conexión desde Tambor hasta el Aeropuerto Internacional Juan Santamaría, donde debían abordar un vuelo que los llevaría de vuelta a Houston.
“Es una falla de un tren de aterrizaje, tuvo que hacer un aterrizaje con el tren de nariz que estuvo colapsado prácticamente”, explicó Everardo Carmona, de CarmonAir.
Tras varios minutos de incertidumbre, el piloto aterrizó y las instituciones de emergencia atendieron a los seis pasajeros.
Los cuatro jóvenes estadounidenses estaban estables, solo sufrieron golpes varios, por lo que rechazaron el traslado a un centro médico.
En su lugar los llevaron en un microbús privado hasta el Aeropuerto Juan Santamaría, desde donde partieron a Houston tras sus vacaciones en Costa Rica.
La aeronave la levantaron con bolsas de aire, la montaron sobre una carretilla y la guardaron en el hangar correspondiente.
PERIODISTA: Sharon Cascante Lizano
CRÉDITOS: Fotos: Mauricio Aguilar
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Martes 10 Diciembre, 2019
HORA: 12:00 AM
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