¡Por fin el capitalismo globalizado y salvaje ha comenzado a morderse su propio rabo!
Prof. Julio Vindas Rodríguez*
A raíz de los últimos acontecimientos de violencia y alteración del orden público, acaecidos en Chile y Bolivia, no podemos señalar, ni echarle la culpa directamente a estos hermanos pueblos, por su justa sublevación; ni satanizar que la gente, ya harta y desesperada, haya decidido por fin, empuñar la bandera del decoro, la dignidad y el coraje (por supuesto que no quisiéramos ver, ¡bajo ninguna circunstancia!, la violencia entre hermanos); pero es que todo esto poco a poco, ya se estaba viendo venir, pues no es más que la macabra consecuencia de los abusos, vejaciones e injusticias, que las clases dominantes acumuladoras de riqueza han venido cometiendo indiscriminadamente contra los pueblos humildes, indefensos y marginados; (¡y no solo en nuestra América!), esto es una pandemia global, donde los pueblos explotados y enajenados se están viendo obligados a reaccionar ante los perversos sistemas políticos y corruptos, que se aliaron en una “descarada globalización” del “capitalismo salvaje” para mantener el control político y económico a nivel mundial, pisoteando la dignidad y los derechos de los más desposeídos.
Y lo peor, lo más triste y alarmante es que uno se pregunta: “hasta qué punto estos descerebrados de la tierra (como diría el gran Jorge Debravo) han llegado de “¡embrutecimiento!; “¡de idiotización!”, que no son capaces de entender, de no darse cuenta a tiempo, que de continuar con esa “angurria”, esa “gula desenfrenada” por la acumulación de dinero, sin importarles dejar en la miseria al resto de ciudadanos; no han estado haciendo otra cosa que hilando una soga para su propio “pescuezo”; han estado creando una “olla de presión” que de a poquito ha empezado a estallar, y terminará explotándoles en la propia cara, de donde quiéranlo o no, todos los corruptos acaparadores, farsantes mercenarios de las democracias, y demás “energúmenos” de la existencia, van a salir “cocinados en su propia fiesta”, ¡me resisto a aceptar cómo y hasta qué punto el dinero puede enceguecer el corazón humano!.
¿Cómo es posible que los políticos sean incapaces de aplicar al menos la mínima lógica, el más elemental sentido común; el menor asomo de humanidad; para darse cuenta que con solo que distribuyeran entre el pueblo que los eligió un básico y justo apoyo económico para que la gente ¡viva con dignidad!; o al menos llenando decentemente sus cotidianas necesidades (aunque ellos continúen robándose la mayor parte); estoy seguro de que un pueblo en esas condiciones, -aunque sean mínimas-, no se va a levantar ni se va a sublevar, y posiblemente estaría hasta dispuesto a “trabajar juntos”, y seguir empujando entre todos “el carretón de la historia” y “meterle el hombro a la Patria”.
¡Pero no!; tanta ha sido la insensibilidad, la tozudez, el desparpajo de estos ostentadores de la riqueza (en cualquier lugar del mundo que se encuentren); que nunca se dieron cuenta que de tanto presionar, de tanto “empujar” a los pueblos a un oscuro precipicio, de tanto “jalarle el rabo a la ternera”, y de tanto echarle leña y atizar esa olla de presión que es “!un pueblo enardecido!”; están marcando su propia extinción; pero no solo el inocente pueblo sufrirá las consecuencias; también a ellos la olla les explotará en la cara, junto con su ¡vil sistema de perversidades!; porque a pesar de toda la plata que hayan robado y acumulado; ¡no tendrán otro mundo dónde esconderse!
*Poeta y músico
