Fracaso de Costa Rica en la ONU
Dr. Carlos Araya Guillén*
Expertos en relaciones internacionales, críticos, politólogos y políticos coinciden que Costa Rica fracaso, el día Jueves 17 de octubre del 2019, en sus pretensiones de ocupar una silla, por tres años, en el seno del Consejo de Derechos Humanos. Y fracasó por su improvisación, en particular, por la impericia del señor presidente de la República don Carlos Alvarado, su Canciller don Manuel Ventura y sus consejeros oficiales.
Ignoró que se enfrentaba a Itamaraty, órgano del Poder Ejecutivo de la República Federativa del Brasil, encargado y experto en el manejo de las relaciones internacionales a nivel multilateral, bilateral y regional. Itamaraty dirige más de 200 representaciones en el mundo (de distintos y encontrados signos ideológicos) y se distingue por su seriedad y maestría en el trabajo diplomático propio de los escenarios internacionales.
También ignoró, nuestro gobierno, que se enfrentaba a Venezuela, un régimen totalitario y cuestionado pero entrenado en la sutilezas políticas de la vida diplomática presidida por el dictador Nicolás Maduro
De nada le sirvieron a nuestro país los aportes del Museo “Braulio Carrillo” ni la riqueza académica de la Biblioteca “León Fernández Bonilla”. Tampoco la experiencia acumulada del Instituto Manuel María de Peralta. Mucho menos la presencia de nuestro embajador en la ONU, que no propuso ningún plan de acción para una campaña internacional seria y positiva.
El puesto lo ganó Brasil (Itamaraty) con 153 votos (reelección) y Venezuela con 105 votos (Ministerio del Poder Popular para las relaciones Exteriores/Instituto Pedro Gual). Sustituye a Cuba. Costa Rica obtuvo 96 votos. Participaron en la elección 193 países y el Consejo está integrado por 47 países: África (13 sillas), Región Asia Pacífico (13 sillas), Latinoamérica y el Caribe (8 sillas), Europa Occidental (7 sillas) y Europa del Este (6 sillas).
Costa Rica lo perdió por un manejo de la política internacional basada en ocurrencias, carente de estrategias y por la ausencia de un anticipado y fino programa de convencimiento diplomático. Verbi gratia, mientras el canciller defendía la “dupla” con Brasil el presidente lo desmentía en público. Según expertos Costa Rica presentó la candidatura de una manera muy intempestiva (3 de octubre/dos semanas antes de la elección) y sin tiempo para plantear una buena metodología de trabajo.
Todavía más un grupo de seguidores del PAC, denominados Garantes de la Ética gubernamental, la emprendieron con una asombrosa ingenuidad diplomática contra Brasil y su Presidente Jair Bolsonaro vetando la alianza de nuestro país con el gigante de Suramérica. Costa Rica quedó fuera del Consejo y Brasil obtuvo su reelección con 153 votos. Y, para pena de nuestros valores democráticos y de libertad, nos ganó Venezuela, país denunciado por su constante violación a los Derechos Humanos.
Sin lugar a dudas, la derrota diplomática deslustra la imagen de Costa Rica como una nación amante y defensora de los derechos humanos. Se hace necesario aprender la lección para actuar con profesionalismo, sentido político y responsabilidad en el campo de las relaciones del mundo diplomático.
*Exembajador de Costa Rica en Brasil
