En nuestra sociedad todos, en menor o mayor grado, hemos sido creados con cierto temor “al qué dirán”. Particularmente el divorcio aviva esa sensación y son muchos los que prefieren aguantar un vínculo sufrido antes de optar por un divorcio, aun cuando hoy socialmente no es tan mal visto.
Desde luego que la dinámica exige otra actitud cuando aflora la violencia, sea verbal, psicológica o física. Recordemos que si bien es cierto el divorcio puede ser una tragedia, probablemente es mayor la tragedia si se continúa con una relación peligrosa donde prevalece la agresión. Recordemos que si el peor error fue casarse es mayor el error al permanecer en un vínculo peligroso y espurio.
Además, como es de entender, los daños a los que se exponen los hijos al crecer en un ambiente intimidatorio y caótico son mayúsculos y esto suele ser dar la motivación necesaria para tomar decisiones. A veces en el nombre de los hijos hacemos aquello que no haríamos por nosotros mismos.
En muchos de estos casos no solo es necesario buscar ayuda profesional, sino también protección legal, con el fin de evitar esos desenlaces lamentables que se han vuelto tan frecuentes en nuestro país.
PERIODISTA: Redacción Diario Extra
CRÉDITOS: dr. Mauro Fernandez/ Un mundo sexual
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Martes 17 Septiembre, 2019
HORA: 12:00 AM