Piza: de Zapote a Washington
EDITORIAL
La noticia de la salida del ministro de la Presidencia, Rodolfo Piza, es la crónica de una muerte anunciada.
El señor no se había sentado en la silla de su despacho, hace año y tres meses, y ya se rumoraba que no duraría los 4 años del mandato de Carlos Alvarado. Las razones, motivos o circunstancias siempre fueron un enigma, aunque el secreto a voces eran las grandes diferencias de ideologías, pensamientos y aspiraciones entre ambos hombres.
De hecho, la llegada de Piza al gabinete fue un balde de agua fría para muchos de sus seguidores, pues jamás imaginaron que aceptaría ser el ministro luego de haber quedado fuera de la primera ronda electoral del 2018 y menos a sabiendas de su incesante interés de hacerse con la Presidencia desde años atrás.
Tampoco aquello de un gobierno de coalición, que puede decirse solo formaron el Partido Acción Ciudadana (PAC) y el Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), a excepción de Patricia Mora del Frente Amplio (FA) y el “finado” Édgar Mora de Curridabat Siglo XXI, convenció a los miles de seguidores, que sintieron dicha alianza como una traición, si puede llamarse así.
Era claro, Rodolfo Piza dejó de lado la agenda del socialcristianismo para apoyar desde la Casa Presidencial temas de derechos humanos como los encasilló el partido de gobierno y entre los que figuran aún el aborto.
Además, una buena mayoría del PUSC no coincide con esa mutación política del PAC que se presentó como una opción popular en contra del bipartidismo demoledor que casi dejó en la quiebra a Costa Rica y lo que es hoy, un grupo servil a los intereses de las clases más poseídas del país.
Pero bueno esa era la misión de Piza: llevar su pensamiento neoliberal a las entrañas del PAC y lo logró. Aunque eso le reste caudal político futuro a su partido de origen y les resten más puntos a sus aspiraciones presidenciales, pues quienes lo conocen muy de cerca saben no claudicará con la idea de sentarse en el despacho del máximo jerarca del gobierno nacional.
Bien dice el dicho, si por la víspera se saca el día, la salida de Piza del Ministerio de la Presidencia, le puede traer mejores y mayores resultados al gobierno, pues hay que ser sinceros, esa tiesura e inacción del exministro flaco favor hacía.
Y no nos referimos al trato personal del señor Piza Rocafort, sino de su alcance limitado con actores de los dos poderes de la República, pues aquello de ser el enlace quedó solo en el papel.
Es importante conocer algunos detalles sobre este importantísimo puesto, el ministro de la Presidencia debe sí o sí hablarle de cerca al oído al mandatario, si se quiere es el “chaleco antibalas”, el negociador, el comunicador.
Esta cartera fue creada el 24 de diciembre de 1961 mediante la Ley 2980, aunque no posee ley orgánica.
La legislación contempla que la labor de quien sea asignado a este puesto consiste en brindar apoyo al Presidente, servir como enlace con otros poderes del Estado, la sociedad civil y los distintos ministerios, es el ministerio -si se quiere- más político y como tal debe desarrollarse.
Si esto lo dicta la ley ¿qué estuvo haciendo todo este tiempo Rodolfo Piza?, pues los mismos diputados lo señalaron de ser el gran ausente, si acaso una vez en todo este tiempo de gestión se le vio sentado con las distintas bancadas de oposición.
Y ni que decir de las organizaciones sociales, quienes lo catalogaron siempre como su enemigo público, sin mayores actitudes para entablar diálogos en momentos tensos que afrontaba el país, y las pocas veces que se arrimó a una mesa de diálogo aquello terminó mal, sino que lo digan los sindicatos de la Caja.
Sus apariciones fueron disminuyendo poco a poco, mientras se rumoraba una salida inminente de su puesto. No se le vió tampoco con una posición contundente ni de defensa de seguridad del mandatario Alvarado o la Casa Presidencial, pues la DIS también depende directamente del Ministerio que tuvo a su cargo.
La intervención de Piza fue clara en este gobierno, sembrar a figurar claves del PUSC en entidades de Estado y puestos estratégicos, que lo diga Edna Camacho quien lideraba el equipo económico y en medio de un torbellino por las acusaciones en contra de su esposo Javier Chaves y el caso Aldesa, fue enviada a Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Washington, a donde nuevamente serán vecinos.
Puso a ministros, viceministros y presidentes ejecutivos que siguen en la gestión, pero habrá que ver que sucede pues ahora nada garantiza que les mantengan en sus puestos a falta de alguien que los apadrine.
Con bombos y platillos este lunes anunciaron su salida, hubo lágrimas, discursos, regalos y hasta un video, cosa que no hicieron con el ministro de Educación y eso que era de los más queridos en el gabinete.
En los primeros momentos de la despedida todo era hermetismo, las razones de la salida nadie las daba, hasta que las redes sociales revelaron una foto de Piza con Luis Almagro, secretario general de la OEA, confirmando el puestazo.
Al verse al descubierto, Piza no tuvo más remedio que dar explicaciones de esa contratación y aseguró que se postuló por sus propios medios al cargo en el extranjero. Sin embargo, en los pasillos presidenciales se rumora que era la única opción viable para que abandonara Zapote en medio de poca comunicación con Carlos Alvarado y un desgaste inevitable.
En fin, la salida del ministro de la Presidencia podría ser una fortaleza y una oportunidad para el gobierno, colocar en ese puesto a un hombre que conozca de la maniobra política, que sea más asertivo y comunicativo puede hacer ganar algunos puntos en medio de una crisis de credibilidad que fronta.
PERIODISTA: Redacción Diario Extra
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Martes 30 Julio, 2019
HORA: 12:00 AM
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