La glándula prostática o simplemente la próstata es un órgano del sistema reproductor masculino que está ubicado delante del recto (lo que facilita al médico examinar la próstata a través de la palpación por tacto rectal), debajo y a la salida de la vejiga urinaria y rodea parte de la uretra, que es ese conducto que sale de la vejiga y conduce la orina hacia el exterior.
Encima y a los lados de la próstata se encuentran las vesículas seminales que producen la mayor parte del líquido seminal y que junto a la secreción prostática forman el semen o contenido de la eyaculación durante la relación sexual. El desarrollo de la próstata depende específicamente de la testosterona u hormona sexual predominante en el género masculino, por lo que desde la etapa fetal regula su crecimiento.
De ahí que es tan importante que aquellos fisicoculturistas que utilizan esteroides anabólicos como la testosterona o sus derivados entiendan que puede ser muy dañino, ya que puede estimular el crecimiento exagerado de la próstata e incluso influyan severamente en la aparición de un posible cáncer prostático.
Dado que el efecto de la testosterona es permanente es por esa razón que la mayoría de hombres conforme aumenten su edad tendrán al menos algún grado de crecimiento prostático, generalmente benigno, el cual llamamos Hiperplasia prostática benigna, pero que a pesar de no ser un tumor maligno nos puede dar molestias y complicaciones importantes según el desarrollo que lleguen a alcanzar.
Recordemos que al inicio decíamos que la uretra (o caño de la orina como se le llama popularmente) pasa por el medio de la próstata, por lo que cualquier crecimiento va a generar una presión sobre ese conducto que conforme va siendo mayor puede provocar los síntomas característicos de “prostatismo”, es decir molestias al orinar que al inicio son leves pero puede ir aumentado conforme pasa el tiempo.
Los hombres empiezan a notar que hay una disminución del calibre del chorro en la orina, así como en la potencia al orinar. Posteriormente inician las dificultades: les cuesta empezar a orinar y hasta tienen que pujar para lograr la micción. Conforme pasa el tiempo la presión sobre la uretra, o sea caño de la orina, es tanta que apenas permite el paso de gotas de orina a pesar del esfuerzo pujando que hacen los pacientes.
Ya a estas alturas hasta la vejiga muestra señales en el ultrasonido debido al esfuerzo que ella misma realiza al contraerse tratando de evacuar la orina. Finalmente puede llegar a producirse una obstrucción total del paso de la orina, lo que se convierte medicamente en una retención aguda de orina (RAO) que hace que la vejiga se llene con varios litros, lo que produce un dolor severo y que amerita evacuación a través de una sonda uretral.
Pero eso no es todo. Un crecimiento prostático a pesar de ser benigno también puede ser factor causante de otras complicaciones como infecciones urinarias a repetición, prostatitis o infecciones de la próstata y sangrados.
Por eso es importante en todos los varones después de los 40 años de edad iniciar la evaluación médica prostática acompañada de un examen de antígeno prostático específico (indicador tumoral) y un ultrasonido al menos una vez al año.
PERIODISTA: Redacción Diario Extra
CRÉDITOS: Dr. Álvaro Sanabria Mora / [email protected] / Clínica Médica del Sur / Teléfono 2252-0202
EMAIL: [email protected]
Lunes 17 Junio, 2019
HORA: 12:00 AM
SIGUIENTE NOTICIA