Con el dinero de los muertos no se juega

Editorial

Todos sabemos que uno de los momentos más difíciles que puede enfrentar una familia consiste en despedir a los seres queridos porque no solo se trata de perder a esa persona, sino ponerse a pensar de dónde tomar dinero para salir adelante con todos los gastos que representa una situación de estas.

Además, cuando quien muere era la persona que cubría los gastos de la casa surge otro gran dilema: ¿con qué van a sobrevivir los dolientes, en especial cuando son adultos mayores? Por ejemplo, cuando queda viuda una mujer que dependía de su cónyuge.

Por eso no entendemos cómo las estadísticas revelan que existen casi 34 mil afiliados al Régimen Obligatorio de Pensiones Complementarias que están fallecidos y sus beneficiarios todavía no reciben el dinero que les corresponde.

Cómo es posible que quienes trabajan en las operadoras de pensiones no se ponen la mano en el corazón y agilizan estos trámites. ¿Acaso esperan que la gente viva del aire, que se alimente por obra de caridad y les perdonen el pago de los recibos de servicios básicos?

Esto no lo estamos inventando, consiste en información que se encuentra en un sitio web al que cualquier persona puede acceder, ¿entonces por qué les tienen el perro amarrado a los beneficiarios de estos casi 34 mil afiliados?, ¿por qué no les entregan el dinero que por ley les corresponde?

Debemos entender que precisamente quienes trabajamos y cotizamos para gozar de este beneficio lo hacemos porque deseamos que cuando llegue el momento en que faltemos este dinero les quede a nuestros hijos, padres o cónyuges.

Esa plata es de los afiliados, los mismos a quienes mes a mes se les rebaja ese monto de sus salarios con la promesa de recibirlo cuando se jubilen, entonces resulta sumamente injusto que estos regímenes sigan recibiendo intereses de platas que ya no deben administrar.

Quienes han pasado por esto o conocen a alguien que la está viendo fea por una situación de estas son los únicos que entienden las dificultades que enfrentan las personas, aquellas que desgraciadamente casi siempre cuentan con menos recursos económicos.

Por eso vemos con buenos ojos que el diputado Eduardo Cruickshank se arremangara la camisa y decidiera dar la lucha por todas esas familias que están desprotegidas ante un sistema al que parece no importarle su bienestar, aunque lo pregone.

Si nos ponemos a pensar en cuánto dinero significa la pensión complementaria de estos casi 34 mil afiliados y cuánta plata les está generando en intereses a estos regímenes es injusto que no les den a los beneficiarios la parte que les corresponde.

Si es injusto que no le den el dinero completo en vida, peor aún resulta que no se cumpla la voluntad del difunto de entregar y distribuir el dinero, así como lo estipuló antes de morir, pensando precisamente en no dejar desprotegida a su familia.

Independientemente de cuánto dinero tengan estos afiliados que han fallecido, va contra la ley -una ley que tiene más tintes financieros que sociales, pues no parece cimentarse en el bien común, ese mismo que obliga a pensar en el trabajador y quienes de él dependen- retener estos dineros y deben entregarlos sí o sí, tal como se estipuló.

Otro dato que aún no queda claro y genera muchas dudas, en especial en las poblaciones más vulnerables, es cómo ciertos afiliados sí pueden acceder a todo su dinero, sin embargo, quienes tienen menos recursos deben recibirlos en ridículas cuotas de polaco. De acuerdo con el congresista, 1.392 de esos retiros corresponden a pensiones de lujo, lo cual equivale al 1,87% del total.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

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Lunes 29 Abril, 2019

HORA: 12:00 AM