Venezuela: la cruda verdad
Fernando Berrocal / ...¿Y usted qué opina?
Hay dos variables geopolíticas objetivas de la realidad venezolana que no siempre se destacan con toda transparencia y firmeza:
1.- Venezuela es un país ocupado militarmente por unos 5 mil soldados y agentes de seguridad cubanos. El proceso ha sido sistemático y profundo. Todas las unidades militares venezolanas tienen oficiales cubanos entrenados y de alto rendimiento. Las funciones claves de inteligencia, incluyendo migración, aeropuertos, fronteras y hasta la acreditación de documentos notariales, están en manos de cubanos o controlados por su inteligencia y sus agentes de seguridad. Esto comenzó con Chávez y se verticalizó con Maduro.
2.- Las mafias del narcotráfico colombiano y la guerrilla narcoterrorista ELN, así como la disidencia de las FARC, están metidas en el territorio venezolano y descansan en Caracas. Su operatividad es facilitada y protegida por el ministro de la Defensa Vladimir Padrino y otros generales del “cártel de los soles”. Venezuela, actualmente, es el principal centro de operaciones del narcotráfico y sus multimillonarios ingresos ilegales dan liquidez y sostienen a Maduro.
CONCLUSIÓN: ni Cuba, por razones ideológicas y económicas, ni las mafias del narcotráfico están dispuestas a soltar diplomáticamente o por las buenas a esa enorme y gigantesca ubre de riqueza petrolera y de poder que se llama Venezuela, saqueada en los últimos 20 años por la Revolución Bolivariana.
Esto no es macartismo. Esta es la verdad cruda y este es el cuadro objetivo que deben enfrentar la oposición democrática venezolana y los más de 60 países que han reconocido la legitimidad del actual presidente Juan Guaidó.
La dictadura de Nicolás Maduro se sostiene, al igual que todas las dictaduras, sean fascistas o comunistas, sobre el poder de la fuerza y las armas, la violencia institucional y la violencia física, en un régimen criminal de temor y terror.
Pero los pueblos tienen el derecho a la resistencia y la lucha contra las tiranías opresoras es un Derecho Humano Fundamental.
¿Cabe entonces un cándido diálogo interno?
No lo creo. En República Dominicana el diálogo entre los chavistas- maduristas y la oposición democrática fracasó y terminó en una mentira y una farsa total.
Para lograr el final de la criminal usurpación dictatorial de Maduro, lo que procede es mantener y aumentar la presión y el aislamiento internacional y la movilización interna en las calles a últimas consecuencias, establecer un gobierno de transición y convocar a elecciones realmente libres, bajo supervisión internacional. Esta es la única forma de evitar una intervención armada exterior y esto es lo que está proponiendo el presidente Juan Guaidó.
La posición de Costa Rica, impuesta por la Casa Presidencial a la Cancillería, ha sido: “ni lo uno, ni lo otro, sino todo lo contrario”, según el cómico decir del genio y filósofo Cantinflas. Así no se puede hacer política internacional, ni tener visión, firmeza y coherencia en el Ministerio de Relaciones Exteriores, por más capaz y honorable que sea, como lo es, el canciller Manuel Ventura. Esta es una hora de definiciones y de coherencia.
Es la hora de la libertad y la democracia en Venezuela.