Mantener una sexualidad segura es un factor indispensable que ayuda a evitar el cáncer que se pueda generar por medio del virus del Papiloma Humano (VPH).
Así lo manifestó Fernando Molina, oncólogo del Centro Radioterapia Siglo XXI, además de mencionar otros factores protectores que también previenen la enfermedad que puede resultar letal.
Datos del Registro Nacional de Tumores del Ministerio de Salud y del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) indican que cada año, cerca de 5 mil costarricenses morirán a causa de cáncer, mientras que, 11.500 serán diagnosticados.
“Mantener una vida sexual segura evita virus como papiloma humano, que desencadena el cáncer de cérvix o tumores en la cabeza y cuello, cuando se practica sexo oral”, dijo Molina.
El establecer hábitos saludables va a representar resultados positivos en cuando a beneficios para la salud, más cuando se trata de una enfermedad como cáncer.
Además de una sexualidad saludable, Molina recomienda a la población mantener una dieta balanceada y sin exceso de grasas, así, se evita el cáncer colorrectal.
La actividad física genera la estimulación del sistema inmunológico y también es un factor que impacta en la no aparición de la enfermedad.
También, Molina destacó la importancia de evitar el consumo excesivo del licor y el fumado.
“El cigarro está relacionado con el padecimiento de 13 tipos de cáncer y beber licor frecuentemente podría desencadenar cáncer de mama, gástrico, de esófago o en la cavidad oral”, apuntó.
Cómo ultima recomendación, pero no menos importante, la utilización de filtro solar y evitar la exposición a sol en horas de alta incidencia de la luz ultravioleta, previniendo así, el cáncer de piel, uno de los que más se diagnostican en el país.
Aplicar estos factores, según indicaron los especialistas en oncología, puede reducir la posibilidad de enfrentar cáncer hasta en un 28%.
Si una persona padece la enfermedad también existen tratamientos para controlarla de forma temprana y atender las complejidades.
La radioterapia era catalogada como la segunda opción para tratar el cáncer, después de la cirugía, sin embargo, con el avance de la tecnología se demuestra que las altas dosis y precisión de la técnica empiezan a equiparar curvas de sobrevida.
