Soy una mujer de 48 años y tengo 26 años de casada. Siempre sospeché que mi esposo coqueteaba casi con cualquier mujer. Hace poco me hicieron unas pruebas de infecciones y me detectaron varias enfermedades de las que se pasan con las relaciones. Todos en la familia mía y la de él me dicen ahora que se ha metido hasta con la escoba. No sé cómo no me di cuenta, o cómo no quise darme cuenta, me siento tonta y triste.
La relación de pareja es ante todo una relación basada en la confianza. Por eso es mal visto que uno de los dos esté dudando del otro o cuestionando su accionar, por eso es muy común que se pasen por alto actos que, para los ojos de terceros, son evidentes.
Además cuando se quiere con toda el alma, y se cree que ese amor tan intenso es recíproco, es frecuente que mentalmente se trate de buscar justificaciones y excusas que expliquen conductas sospechosas porque se parte de la premisa que en una relación auténtica no hay cabida para la traición. Por eso en esas circunstancias es totalmente entendible que se pase por alto una o mil infidelidades. Y por esa misma razón resultan más dolorosas esas infidelidades, porque nos hace ver como tontos o ingenuos, como engañados o burlados y sobre todo deja un vacío enorme al no ser correspondidos.
A veces no se entiende la verdadera dimensión de la infidelidad. A veces se ve como una travesura, como una simple “canita al aire”, como un impulso que no se pudo contener, olvidando las devastadoras repercusiones en la pareja.
Por eso para superar estos amargos episodios es crucial buscar ayuda profesional cuanto antes. Hoy la ciencia cuenta con diversos abordajes con los cuales se puede salir de ese bache anímico.
PERIODISTA:
CRÉDITOS: Dr. Mauro Fernández
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Viernes 12 Octubre, 2018
HORA: 12:00 AM
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