Tres versiones distintas dieron a un grupo de agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) que estuvieron en el sitio donde murió un hombre en Escazú.
Por tal situación la policía en apariencia tomó las tres y ahora descartará una a una las hipótesis en relación con el asesinato del hijo de Maximiliano Alvarado Ramírez, secretario de la junta directiva del Banco Nacional, el pasado viernes.
Tal como lo informó DIARIO EXTRA en sus últimas ediciones, Max Alvarado Quirós, de 35 años, fue atacado a balazos por un hombre a bordo de una motocicleta y murió dentro de un vehículo Hyundai Santa Fe de modelo reciente. El Diario del Pueblo supo que el padre de la víctima entró en contradicciones a la hora de conversar con los policías que se encontraban realizando labores de búsqueda de evidencias en la escena del crimen.
Primero habló sobre un supuesto pleito, posteriormente mencionó un presunto intento de bajonazo y finalmente una venganza.
Los tatuajes del ahora occiso permitieron a su familia identificarlo ante la policía el viernes, cuando el gatillero le dio muerte.
Trascendió que las pertenencias de Alvarado estaban dentro del vehículo que conducía.
BANQUERO INVESTIGADO
Maximiliano Alvarado Ramírez, papá de la víctima y miembro de la junta directiva del Banco Nacional, es uno de los ocho sospechosos de cometer delitos en el caso Hidrotárcoles.
El proceso de investigación consiste en que la compañía Hidrotárcoles obtuvo una licitación para la generación de energía hidroeléctrica con la construcción de una planta en Alajuela, la cual se vendería al Instituto Costarricense de Electricidad (ICE).
El Banco Nacional aprobó financiar el 60% de la obra (aproximadamente ¢65.000 millones), de los cuales se giró el 93%.
Sin embargo el proyecto no se terminó en el plazo, por lo que el ICE informó a la empresa que no compraría la planta. La Fiscalía investiga supuestas irregularidades en el otorgamiento del crédito.
