En la Casa Amarilla el incumplimiento del artículo 9 del Estatuto del Servicio Exterior de la República ha provocado una división entre los diplomáticos de carrera.
El meollo del asunto lo detonó las designaciones de Adriana Murillo y Carolina Fernández, directora y directora alterna de Política Exterior.
Ambas incumplen el enunciado ya que se encuentran en un rango al que no pertenecen, según los escalafones.
En dicho artículo se establece cómo debe estar organizado el Servicio Exterior. La división va por tipo de diplomático, tipo de cónsul, servicio interno y categoría.
Explica, por ejemplo, que los embajadores serán aquellos en primera categoría, mientras que en el servicio interno podrán desempeñarse como directores de no estar nombrados en el exterior.
A ellos les siguen los ministros o consulares diplomáticos, los cuales se encuentran en la segunda categoría, y que en la Casa Amarilla se pueden dedicar como jefes de departamento de primera clase.
Sintetizando, de la tercera a la sexta categoría se encuentran los consejeros o cónsules generales de segunda clase; los primeros secretarios o cónsul de primera clase; segundos secretarios o cónsul de segunda clase con más de cuatro años de servicio; y los terceros cónsules o vicecónsules,
respectivamente.
La categoría sétima (la más baja del escalafón) se refiere a auxiliares con menos de dos años de servicio. Ellos llevarán el título de agregado o agregado consular.
En el caso de Murillo, ella destaca en la tercera categoría, mientras que Fernández en la cuarta.
DIARIO EXTRA supo de una muy buena fuente que es precisamente el incumplimiento de lo dispuesto en el Estatuto lo que ha provocado una especie de estira y encoje.
La controversia es tal, que este jueves la Asociación de Diplomáticos de Carrera realizará una encerrona.
Entre lo que discutirán se encuentra la posición respecto a las designaciones mencionadas.
La semana anterior, Epsy Campbell, canciller de la República, dijo que lo expuesto en el Estatuto es una recomendación, por lo que no se debe de cumplir a rajatabla, de ahí los cuestionados nombramientos.
El llamarón dentro de la Casa Amarilla lo terminó de encender Norman Lizano, presidente de la Asociación, quien es supuestamente muy cercano a Murillo, y quien prefirió no referirse al tema, pese a que en el pasado la Asociación ha sido crítica de este tipo de nombramientos políticos.
Precisamente, este tema será uno por los que se le llamará a cuentas a Lizano.
PERIODISTA: Marco Antonio González
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Miércoles 25 Julio, 2018
HORA: 12:00 AM
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