Los diputados electos comienzan a asomarse a la Asamblea Legislativa, para conocer la dinámica del Congreso, cuál será su oficina, y hasta su curul en el plenario.
La tradición es que los legisladores salientes, heredan a los nuevos sus despachos. Oficinas que están cargadas de plagas como polillas, pulgas, ratas y cucarachas.
Sobre los edificios legislativos se han girado diversas órdenes sanitarias, la Dirección Ejecutiva, gasta en promedio, ¢750 mil en fumigaciones, ¢400 millones anuales en tratar de mantenerlos. Antonio Ayales, director del Congreso, explicó que se reunirá las próximas semanas con los nuevos jefes de fracción, para llegar a un acuerdo de cómo se distribuirán los puestos, resaltó que en particular hay un reacomodo, por el aumento de diputados, en el Partido Restauración Nacional, que pasó de ser uno a 14. “Tiene toda una distribución, la mayor fracción de oposición va al costado sur, la fracción de gobierno, al costado norte (en el plenario). Hay que ponerse de acuerdo con los demás, para ver cómo se acomodan. Eso es parte de las negociaciones que hay que llevar acabo tratando de satisfacer a la mayoría, es lo ideal. Son puras costumbres, tradiciones”, indicó.
Ayales explicó que la administración hará una propuesta a los partidos para ubicarlo de la mejor forma. “Las oficinas del edificio central son más pequeñas, pero están más cerca del plenario, las del Sión son más grandes, pero están más lejos hay que cruzar el boulevard. Tienen los pros y contras, eso pasa por toda una negociación. La costumbre, ha sido que los partidos políticos de las fracciones, conservan las oficinas que ya tienen”, indicó.
A MITAD DEL PERIODO
Para el 2020, a mitad del periodo legislativo, se tiene proyectado que tanto los diputados, como funcionarios disfruten del nuevo edificio, que tiene más de 50 años de intentar levantarse.
Por primera vez, el proceso ha logrado avanzar con mayor celeridad, se tenía proyectado que al 1º de febrero del 2018 se colocaría la primera piedra, pero un problema de agua, lo impidió.
“Hay un pequeño atraso, hay unas nacientes, que la empresa, que ya terminó el movimiento de tierra, tiene que hacer unos pozos para contrarrestar o corregir un problema de agua” explicó Ayales.
Ahora estiman que será el 19 de febrero, cuando la empresa Edica, encargada de la construcción, arranque la obra, tendrá un costo de $55,7 millones, unos ¢31 mil millones.
La nueva infraestructura, que se ubica en la esquina noroeste del actual Congreso, contará con: parqueo para 110 vehículos, comedor, plazoletas, oficinas, entre otros espacios, para un total de 20 pisos.
