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Opinión

El Titanic Álvarez Desanti y el PLN

Msc Jesús Abel Manzanares Salas*

Se hunde el barco y con él, las aspiraciones y negocios nefastos de un grupo de políticos que perdió la misión y visión de uno de los grandes partidos políticos de Costa Rica.

Al igual que lo hacen con el país, jugar con la soberanía y su institucionalidad, se creyeron los amos y señores de un partido que en su momento hizo mucho por Costa Rica, cuando su ideología y práctica era meramente socialdemócrata, hablar en su momento del Partido Liberación Nacional, era hablar de la historia buena de Costa Rica, era hablar de una historia de desarrollo, lucha contra la corrupción y la pobreza, pero hoy día tenemos un Partido Liberación Nacional que cambió radicalmente hacia el neoliberalismo y tratan de manejar el partido político como una empresa personal, donde no importan sus simpatizantes ya que los ven primero como un medio para llegar al poder y luego la oportunidad para usar el partido como una máquina para hacer dinero por medio de contratos dudosos, la regalía de la soberanía, clientelismo, con sus amigos que por medio de sus nefastos negocios tambalean toda la economía de un país.

Hoy día, uno de los dueños del partido, Óscar Arias Sánchez ha puesto o impuesto por medio de artimañas a su cuasimodo, su títere, el Titanic Álvarez Desanti, para que rescate los compromisos que no pudo concretar a través de otros, que en lugar de llevar desarrollo, vienen por lo que queda y entre ello, la esperanza de todo un pueblo.

Sí, al igual que el Titanic impresionaba al ser el trasatlántico, en su momento el mayor del mundo, el Partido Liberación Nacional ha sido uno de los mayores partidos políticos de nuestro país, que al igual que el Titanic impresionaba con su estructura, pero que hoy día, ya la estructura está carcomida por la corrupción de altos dirigentes y otros que también con su silencio forman parte de lo mismo, hoy los colores que daban vida y alegría en campañas políticas y se vestían con orgullo, hoy representan los colores de la corrupción y la vergüenza.

Se hundió el barco, se hundió al chocar con un tempano de hielo, y hoy día el Partido Liberación Nacional, choca contra el mismo tempano de hielo que ellos mismos han creado a través de la mentira, el engaño y la corrupción, un tempano llamado desilusión, lo cual tiene a todo un país frío, ni siquiera tibio para dar el apoyo e irse a segunda ronda, menos ganar las elecciones.

Según la  historia, una marea alta movía los témpanos de hielo, poniéndolos en el camino del Titanic, pero ellos seguían su rumbo sin hacer caso a las señales del tiempo, así está el Partido Liberación Nacional, reciclando lo ya reciclado, con líderes desgastados que no convencen, que únicamente buscan el poder y una vez que lo tienen abandonan a sus estructuras, no se preocupan por modernizar el partido ya que lo importante es cómo llegar al poder y recuperar el tiempo de los negocios perdidos y repartir entre pocos lo que es de todos, hoy el pueblo está más informado y está cansado siempre de lo mismo, hacer un giro, un cambio, sería mejor que estrellarse y llevarse a muchos a morir en ese frío e irse al fondo y no regresar más.

Al igual que el Titanic se partió en dos, así está el Partido Liberación Nacional, su estructura está dividida o partida, lista para irse al fondo y no salir más y vivir en la mente de los costarricenses como forma de una historia.

Un Partido Liberación Nacional con un candidato que los trató de corruptos e hizo casa aparte, vuelve apoyado por un personaje que lo impuso y le hizo uno de los mayores daños al país con su famoso TLC-EE.UU., lo cual es el pasaporte de entrada a los negocios de sus amigos.

Se creen invencibles, pero hace rato hacen agua, desde que entregaron sus principios inició su descenso, su caída, su debilitamiento, una agonía por su falta de claridad en su orientación ideológica, donde su representación del sistema choca con su programa de acción, perdió su ética y dio inicio a su propio aniquilamiento, ruina, exterminio o sea su destrucción, al igual que se dice del Titanic, que su hundimiento según la investigación oficial la califica como un acto de Dios, esperemos que en estas elecciones sea igual, un acto de Dios y se termine de hundir el Titanic Álvarez Desanti y con él, el Partido Liberación Nacional, toquen fondo y no regresen más.

 

*Asociación de Grupos Organizados

para el Desarrollo de Puntarenas.

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Viernes 05 Enero, 2018

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