Terminado el partido, el joven portero liberiano Guillermo Barrera no pudo contener las lágrimas. En el esperado día por debutar en la máxima categoría encajó 5 pepinos.
Ese sinsabor con el que salió el meta de 17 años se traduce a todo el vestuario liberiano, que no ve la luz. Saprissa lo llenó de goles en su casa, un pesado marcador de 1-5 que lo hunde más en la tabla de posiciones.
Por el banquillo aurinegro han desfilado tres técnicos y ha probado con muchos jugadores, pero la solución no aparece. La media de ayer ante el Monstruo fue jugársela con jovencitos de la cantera como inyección de sentido de pertenencia, pero ante uno de los favoritos al título esa movida es un suicidio. Y así fue.
Liberia formó con 6 jugadores del alto rendimiento, entre ellos el portero Barrera, quien mostró cosas buenas, pero tuvo que sacar 5 balones del fondo de la cabaña.
Saprissa dominó a placer el juego, la resistencia del rival fue poca o nula. Al inicio, como era de esperar, los deseos de la juventud se impusieron y asomaron en la portería de Kevin Briceño, pero una vez que el Monstruo sacó el colmillo, resolvió fácil el compromiso.
El primer pepino fue al minuto 33, obra de Heiner Mora, quien aprovechó un entrevero en el área para abrir la puerta.
De ahí en adelante Liberia desapareció por completo y quedó a merced de un equipo que no perdona. Daniel Colindres aumentó la cuenta al 42’ y Ulises Segura puso el tercero al 45’, justo para irse al descanso sin despeinarse.
En el complemento la historia fue la misma, pese a que Liberia tomó un segundo aire con el gol del jovencito Yecsy Jarquín, uno de los buenos prospectos del equipo liberiano.
Pero Saprissa apretó de nuevo el acelerador y amplió la ventaja con Joseph Mora al 80’ y Jonathan Moya al 86’.
Para Liberia lo único rescatable es que está dando a conocer jugadores de la cantera, pero se mantiene en el fondo de la clasificación. Y Saprissa ya piensa en la cuadrangular.