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Vida

¿Cómo detectar que te están dando vuelta?

Dicen por ahí que “no hay corazón traicionero a su dueño” y en asuntos de pareja casi nunca falla, cuando alguien siente que las cosas con su compañero o compañera no están “normales” es cuestión de poner atención para descubrir rápidamente qué sucede.

Porque sin duda todos estarán de acuerdo en que las actitudes en torno al sexo se han relajado significativamente y hoy se vive en una sociedad terriblemente más liberal, pero también nuestra actitud hacia el engaño ha cambiado sensiblemente y en las últimas décadas, el número de adultos que reconoce haber sido infiel a su pareja es mucho mayor que décadas atrás.

Curiosamente, la infidelidad varía dependiendo del lugar en el que vivas. De tal forma que a nivel mundial los estudios demuestran que en las capitales de provincia resulta más fácil escabullirse de la cama propia y colarse en la ajena, así que presta atención a las actitudes de quien comparte tu cama. 

De entrada, debemos saber que, tras haber tenido sexo, los hombres se muestran contentos, satisfechos y con los ojos brillantes, algo que en ellas resulta más impredecible, puesto que también son felices cuando realizan otras actividades como ir de compras o un trabajo bien hecho. Sin embargo, las siguientes son algunas de las señales a las que debes estar atento si quieres saber si tu pareja acaba de tener sexo con otra persona que no eres tú:

 

NO HAY GANAS

En el caso de ellas es algo más normal. El deseo sexual y la excitación tienen su origen en el hipotálamo (la parte más primitiva del cerebro) donde se dan una serie de conexiones y reacciones químicas que hacen que el cuerpo esté preparado –y deseoso– de practicar sexo. Hasta ahora se sabía que, en ambos sexos, en esta reacción biológica influye principalmente el aumento de los niveles de testosterona en la sangre. Sin embargo, parece que surge una diferencia más entre hombres y mujeres, pues según un estudio publicado, el deseo sexual femenino no es puramente hormonal, sino que está relacionado los con la estabilidad emocional de la mujer con la otra persona. 

Por otro lado, aunque se diga que el apetito de ellos es insaciable y no tiene fin, en realidad existen menos posibilidades de querer tener relaciones sexuales si ya las mantuvieron unas horas (o minutos) antes. No es lo mismo que estar en la cama y querer repetir, en este caso el cambio de ambiente y el haber experimentado un orgasmo pueden dejar su libido por los suelos.

 

Ellas son más atrevidas. El sexo atrae más sexo: si han tenido relaciones recientemente, ellas experimentan mayor cercanía o interés hacia los hombres.

 

El deseo es un auténtico coctel químico. Desde un punto de vista científico, en el caso de los hombres es más fácil de explicar, ya que es más directo. Para las mujeres, sin embargo, depende de las fluctuaciones hormonales. Ellas suelen sentir una mayor inclinación a buscar encuentros sexuales durante el periodo de ovulación o incluso durante la regla. Pero depende de cada mujer.

 

ATENCIÓN A TODO

Son más detallistas. Si tu pareja aparece un día con un regalo inesperado y es de los/las que jamás en nuestra relación lo ha hecho, empieza a sospechar. La culpabilidad les come. Te hace regalos más caros y sin razón aparente. Te da besos porque sí o se te queda mirando embobado. Sospecha: se siente culpable y quiere aliviar su conciencia tirando de tarjeta o de romanticismo.

 

Cambios bruscos en el humor. Las personas infieles suelen tener un gran cargo de conciencia que los lleva a tener cambios bruscos de humor. De repente tu pareja es muy dulce y atenta contigo, y al segundo se coge una rabieta del quince por algo que has hecho mal, a su parecer. Esto les ocurre sobre todo a las mujeres que engañan a sus parejas, pues los hombres llevan mucho mejor este doble juego.

 

Más felices. Hay una conocida región del cerebro que está involucrada en la sensación de felicidad. Se llama el sistema límbico, que está en las profundidades del cerebro, y es más activo cuando recibimos alguna recompensa. El mismo sistema se activa con el sexo, las drogas o el juego, básicamente con cualquier cosa que nos haga disfrutar.

El acto sexual aumenta la producción de dopamina, la hormona relacionada con el placer, sin la contrapartida de otras actividades que provocan su producción, como es el caso de muchas drogas recreativas.

 

Exceso de sueño. El cuerpo quiere relajarse después de hacer el amor, por ello el sexo es un buen recurso si se tienen problemas de sueño. Un buen orgasmo produce en los hombres efectos equivalentes a tomar entre tres o dos miligramos de diazepam (Valium), y es por ello que la mayoría se quedan fritos justo después de hacer el amor. Las mujeres, sin embargo, permanecen más tiempo estimuladas tras hacer el amor, por lo que les cuesta más relajarse tras la práctica sexual. A ellas, en cierta medida, el sexo les despierta, aunque el efecto “despertador” no dura demasiado tiempo.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

EMAIL: [email protected]

Viernes 13 Octubre, 2017

HORA: 12:00 AM

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