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Opinión

Venezuela: cuando después del O viene el -1

Carlos Malamud*

La idea de que cuando las cosas van mal es posible recuperar la tendencia positiva una vez que se haya tocado fondo está muy extendida. Pero la experiencia también dice que cuando esto ocurre siempre hay margen para empeorar. Hay veces en los procesos sociales y económicos que no se ve el fondo y la tendencia declinante es imparable. Algo similar ocurre con los números enteros, que pueden pasar perfectamente del 1 al 0 y luego al -1.

La oposición calificó de “hora 0” la elección de la Asamblea Constituyente. En medio de una violencia creciente finalmente llegó, pese a algunas esperanzas frustradas, el momento tan temido por unos y tan esperado por otros. Sin embargo, más allá de las expectativas gubernamentales, es muy probable que el deterioro aumente en Venezuela. Ni la labor de la Constituyente ni la nueva Constitución que ésta pueda aprobar garantizan el final de la profunda crisis política, económica y social que sacude al país, ni siquiera una tímida mejora.

Gracias a los omnímodos poderes concedidos a la Asamblea, el chavo-madurismo espera mucho de ella, comenzando por impulsar la tan ansiada recuperación económica, la total anulación del Parlamento en manos de la oposición, la liquidación de la rebelde Fiscal General, Luisa Ortega, el disciplinamiento de la oposición, el fin de las manifestaciones públicas o incluso la aprobación de contratos petroleros con Rusia y China, una opción rechazada por los parlamentarios de la MUD (Mesa de Unidad Democrática).

Los poderes de la Constituyente le permiten situarse por encima de todas y cada una de las instituciones estatales. No sólo del Parlamento y la Justicia, también de la presidencia de la república, lo que Maduro parece no haber evaluado correctamente, dadas las crecientes tensiones en el oficialismo. A diferencia de Hugo Chávez, que tenía un control absoluto de lo que ocurría en su partido, Maduro es incapaz de cohesionar a sus filas. Junto a las contradicciones que lo separan de Diosdado Cabello, dentro del chavismo hay otras líneas de fractura, incluyendo sectores contrarios a una nueva Constitución.

La negociación con la oposición ha dejado al aire las costuras del oficialismo y refleja las diferentes posturas enfrentadas. La frustración del ex presidente español Rodríguez Zapatero por la obstinada cerrazón gubernamental a avanzar en el diálogo prueba lo ocurrido. La airada respuesta de Maduro evidencia su intolerancia a cualquier crítica, por mínima que ésta sea. Aquí, al igual que en otros tantos órdenes de la realidad venezolana, al tiempo que se ha consolidado la deriva dictatorial se ve un reforzamiento de los grupos más radicales.

Mucho me temo que la “hora 0” no sea el inicio de nada sino el agravamiento de todo, el deslizamiento por la pendiente de la negatividad. Si el rechazo al gobierno de Maduro y a la Constituyente ronda el 85% todo indica que se seguirá agravando. Puede ser que con el triunfo de la Constituyente el gobierno encuentre una rápida y pasajera satisfacción, pero la tormenta que se avecina no presagia nada bueno para Venezuela.

Con autorización del autor para Página Abierta

 

*Investigador principal para América Latina del Real Instituto Elcano, Madrid.

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Martes 08 Agosto, 2017

HORA: 12:00 AM

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