Avances en la lucha contra la evasión y la elusión fiscal
Javier Cambronero*
Recientemente, el Ministerio de Hacienda anunció al país una serie de pesquisas que ponen de manifiesto la utilización de la figura de sociedades anónimas para el blanqueo de dinero, fraude y elusión, pues flagrantemente se busca evadir impuestos, robarle al pueblo, a quienes más necesitan, al colocar dinero en paraísos fiscales.
En menos de un año, las investigaciones de Hacienda y los diputados de la Comisión Especial Investigadora sobre los “Panama Papers” muestran cómo ha operado una telaraña de intereses fraguados tras bambalinas, de movimientos de capitales que, por años, se han dirigido a ciertos paraísos fiscales.
Todo indica que, años atrás, autoridades fiscales y hacendarias miraban hacia otro lado. Frente a sus narices y la de órganos fiscalizadores del sector financiero, poderosos grupos rompían las reglas, o las doblaban al menos, para evadir, pues mientras la mayoría del noble y sudoroso pueblo costarricense religiosamente paga sus impuestos, estos vivillos no solo intentaban abrir portillos, sino que botaron la cerca.
Algunas empresas, para evadir el pago de impuesto a los dividendos, crean una sociedad “offshore” en Panamá. Otras registran gastos financieros por más del cincuenta por ciento de la renta, y otras registraban gastos mayores al ochenta por ciento, declarando impuesto cero o pérdidas recurrentes en varios periodos. Esas son algunas de las prácticas avaladas por abogados y contadores, a las que me refiero.
Entendamos que no es cualquier costarricense ni cualquier empresa pequeña la que tiene acceso y desarrolla estas prácticas contables y financieras de dudosa procedencia e indecible propósito.
Ya las primeras revelaciones de los “Panama Papers” evidenciaban la vinculación entre ciertas empresas y poderosos bufetes, algunos con brazo político en esta Asamblea Legislativa.
Estas triquiñuelas y alambicados procedimientos tributarios son generados en mentes criminales, con modus operandi de organizaciones delictivas. Dichas acciones se han visto matizadas por el disimulo y maquillaje de al menos catorce bufetes, que aparecen ligados al desarrollo de tan nefastas prácticas.
A pesar de la tenaz y feroz oposición de algunos partidos y diputados en esta Asamblea Legislativa, gracias a Dios se logró la aprobación de la Ley de lucha contra el fraude fiscal, que será una importante herramienta para combatir las nefastas consecuencias de estas prácticas contables y financieras funestas.
El transparentar el registro de accionistas, para que la Hacienda pública conozca el beneficiario final, topó con más obstáculos de los que supusimos inicialmente. Pero, al final, se lograron anteponer los intereses nacionales a los mezquinos intereses de unos cuantos.
Sin embargo, la lucha contra la evasión y la elusión no termina aquí. Debemos fortalecer aún más los controles y las herramientas de las autoridades fiscales y hacendarias para asegurar la identificación y castigo a los grandes evasores, cuya mezquindad ocasiona un grave daño a todos los costarricenses.
*Diputado del Partido Acción
