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Sucesos

Policías siembran terror en La Carpio

Botan puertas, roban dinero y abusan mujeres

  • Los policías entraron al cuarto de Juan Gutiérrez, le pusieron las esposas a él, a su compañera e interrogaron a su hija sobre droga

  • Rosmilda Pérez, además de ser abusada tras tocarle los pechos, le robaron ¢450 mil, el celular y una máquina para tatuar

  • En este cajón había una biblia de donde tomaron ¢150 mil y varios anillos

  • Delian, hijo de Rosmilda, fue golpeado con una pieza de metal por meterse a defender a su mamá

Bajo las denuncias N° 000-17-011970 y N° 000-17-011982, vecinos de Ciudadela La Carpio, decidieron acudir a las autoridades judiciales para que se investigue a varios oficiales, presuntamente de Unidades Especiales del Ministerio de Seguridad Pública (MSP), quienes habrían irrumpido en sus viviendas sin orden de allanamiento. Denuncian que les botaron las puertas, les robaron dinero, celulares, joyas, interrogaron niños y les tocaron los pechos a varias mujeres.

Según versan las denuncias, los hechos ocurrieron el sábado 29 de abril en horas de la madrugada. Juan Gutiérrez, uno de los ofendidos, dijo que escuchó un estruendo en los portones, cuando salió a ver qué pasaba, vio dos hombres brincándose la tapia de su casa, los mismos usaban pasamontañas, ametralladoras y vestimenta que los identificaba como personeros del Ministerio de Seguridad Pública (MSP).

Gutiérrez recuerda que les dijo que se esperaran para ir por las llaves y abrirles, pero uno de ellos no le hizo caso y se fue tras él al fondo de la vivienda.

“No contentos revolcaron la casa y la ropa de los niños”, dijo. 

“Yo les pregunté si tenían una orden de allanamiento”, pero ellos me respondieron que no ocupaban esa orden”, manifestó.

Agregó el denunciante que tampoco quisieron enseñar identificaciones, pero supo que eran oficiales porque andaban en uniforme y en buseta policial, así como radiopatrullas y motocicletas que los identificaba como tales.

 

PLATA Y DROGA

 

Añadió Juan que ante la acción de los oficiales no sabía qué hacer. El supuesto policía seguía registrando su casa, hasta que le dijo, “abra ahí”, se trata de un cajón donde Gutiérrez guarda la plata de la pulpería y el policía comenzó a contarla, había poco más de más de ¢300 mil.

Después asegura le preguntaron sí tenía droga. En ese momento tomó a su hija del brazo y la llevó de un lado para otro de la vivienda, poniéndola nerviosa. Luego dice que lo esposaron y el policía le insistió que debía entregar la droga. Gutiérrez le respondió: “si piensa que tengo droga, tráigame los perros para que revisen (refiriéndose a la unidad k-9)”, acto seguido el policía se volteó y le dijo, “no quiere, entonces ellos van para el PANI y ustedes van presos” y enseguida les colocaron las esposas.

Por último, recordó don Juan que mientras los policías comían confites otro sacó de una gaveta un arma calibre 22 que Gutiérrez guarda para defenderse del hampa, la cual le decomisaron, así como una caja de tiros. Finalmente se fueron de la vivienda amenazándolo que si interponía la denuncia ellos ya sabían dónde vivía y lo volverían a buscar.

 

TOCAN PECHOS Y GOLPEAN HIJO

 

Esa madrugada Juan no fue el único que recibió la visita de los “policacos”, también doña Rosmilda Pérez. Así narró su experiencia: “cuando me encontraba descansando en mi casa, escuché que alguien golpeaba fuertemente la puerta, seguidamente ingresaron varios oficiales de la GAO, quienes comenzaron a revisar, botaron varias cosas al suelo y se llevaron dinero y otros artículos. Mi hijo Delian fue agredido por los oficiales, a mí me sacaron de la vivienda donde me revisaron, pero no se llevaron a nadie a la delegación”, relató Pérez.

La mujer recuerda que tenía ¢450 mil en la gaveta de un armario, la cual estaba bajo llave, sin embargo, el policía la rompió, sacó la plata y se la llevó. Se robaron un celular y también se llevaron una máquina para tatuar, no contento con eso, abusó de ella tocándole los pechos y como su hijo se metió a defender a su madre, lo golpearon en la cabeza con una pieza metálica.

“Se metieron enmascarados, encañonándonos y me agarran del cuello, me arrinconaron contra la pared, agarran a mi hijo y hasta los pechos me tocaron”.

Pérez mostró las fotografías de las agresiones y los daños de la casa después de esa incursión policial. Ese sábado Pérez hizo la denuncia ante la Sección de Delitos Varios, por allanamiento ilegal.

 

ROBAN JOYAS Y PLATA

 

Los ultrajes de estos delincuentes vestidos de policía no quedaron allí, pues se fueron hasta la vivienda de Yolanda Lacayo Fletes, quien los acusó por los delitos de abuso de autoridad, hurto y violación de domicilio, entre otros.

Recuerda Orlando, esposo de Lacayo, que sonaron dos estruendos en la puerta de la casa, al salir, ya habían entrado dos encapuchados, con chalecos que decían UIP. Uno de ellos lo tiró al suelo, le puso un mazo en la espalda y lo pateaba en las costillas cada vez que levantaba la cabeza para tratar de identificarlos. Asegura que le decía, “con la cara contra la pared, deje de estar volteando”.

Orlando escuchó cuando le ordenaron a su esposa ponerse de rodillas, pero ella les responde que no puede y la dejaron sentarse en un sillón.

Luego les preguntó qué sucedía y le contestaron que habían entrado 3 sujetos armados, pero este les contestó que los buscaran porque no había nadie. Luego volvieron a preguntar por las armas, y tras revolcar todo se fueron al cuarto donde sacaron 4 anillos y ¢150 mil que tenía en una biblia, acto seguido se fueron y le dijeron que no los siguiera.

“Iban con las luces apagadas, un microbús, dos camionetas blancas y 4 motorizados. En los chalecos decía Lince y UIP, a la casa entraron como 15”, recordó que luego llamó al servicio de emergencias 911 y puso la denuncia, pero le dijeron que iban a pasar la llamada a la delegación de la zona.

 

MSP GUARDA SILENCIO

 

Ante tales acusaciones intentamos conocer la versión de las autoridades del MSP. El viceministro Juan José Andrade, dio la orden de que Raúl Rivera, director de Unidades Especiales, nos atendiera, pero luego mediante un correo de la oficina de prensa contestaron: “Ante sus consultas por las denuncias de supuestas agresiones por parte de oficiales de las Fuerzas Especiales, le comunicamos que no nos referiremos al tema, ya que, si los hechos están en investigación, no podemos adelantar criterios que comprometan la defensa. Además, toda fase preparatoria es solo de interés para las partes y no para terceros”. 

Entendiéndose entonces que a la población costarricense no le debe interesar que la policía ande allanando casas sin la orden de un juez, amedrentando niños, abusando de mujeres y sustrayendo dineros. Esto nos deja una seria duda sobre si el ministro Gustavo Mata y el viceministro, Juan José Andrade, ¿piensan igual?

PERIODISTA: Alexander Méndez

CRÉDITOS: Fotos: Francisco Herrera

EMAIL: [email protected]

Miércoles 03 Mayo, 2017

HORA: 12:00 AM

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