Luis Ángel Ávila, jefe de la oficina del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) en Corredores, zona fronteriza con Panamá, asegura que el país ha dado una lucha muy débil al contrabando de mercadería, hecho que genera severos daños a toda la población.
De acuerdo con el experimentado investigador, existen 400 puntos ciegos en la frontera de Paso Canoas, entre Costa Rica y Panamá, que facilitan a grupos contrabandistas el ingreso de mercadería canalera a territorio costarricense a bajos precios, que posteriormente elevan en el mercado nacional.
“Esto lo que viene a ocasionar es una gran competencia desleal y desempleo porque los comerciantes no tienen la capacidad de luchar con eso, por eso se pierden empleos, aparte de que hay un gran daño al fisco costarricense que termina por aumentar los impuestos sobre los ciudadanos”, explicó Ávila.
El jefe policial manifestó que existen dos rutas principales por medio de las cuales este tipo de grupos organizados llevan la mercancía ilegal hasta el Valle Central para su posterior distribución.
“Hay traslados pequeños de mercancía hasta un punto específico donde no haya revisiones mayores y después en camiones más grandes se desplazan hasta la capital. Hay traslado de frutas también y hemos detectado en investigaciones el camuflaje de este tipo de mercadería ilícita”, apuntó.
La policía judicial manifiesta que la mayor cantidad de operativos de lucha contra el contrabando está manos de la Policía de Control Fiscal (PCF), con buenos resultados, pero nunca es suficiente porque los grupos por lo general aumentan sus operaciones para seguir cometiendo ilícitos.
“Faltan más puestos de revisión, por ello queremos que se aprueben fortalecimientos a la Ley General de Aduanas, con el fin de proteger al país de este tipo de conductas que perjudican a toda la economía y su funcionamiento”, detalló.
La PCF reportó más de 100 mil unidades de licor de contrabando decomisadas en 2016 y aproximadamente ¢10 mil millones en productos incautados durante todo el periodo.
