La Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) rindió homenaje al doctor Pablo Ortiz, quien luego de 35 años de trabajar en el Área de Salud de San Vito se acoge a su jubilación.
El doctor Ortiz integró la medicina tradicional, así como las costumbres culturales y ancestrales de los indígenas ngöbe de la comunidad Bribri con los servicios de salud de la Caja.
Ortiz llegó a la zona sur a cumplir con su internado, sin embargo se quedó por 35 años en el Área de Salud.
Gracias a la propuesta del doctor Ortiz, los indígenas ngöbe pueden elegir entre médicos de la Caja o chamanes en el Ebais de la zona sur. La oferta de servicios incluye consultorio para curar hechicerías, males de ojo o interpretación de sueños.
Cuando Ortiz llegó, encontró que los indígenas de la zona se trataban las enfermedades con medicina tradicional que incluye medicamentos a base de hierbas.
Los partos los atendían las parteras de la comunidad, durante el alumbramiento – cuenta Ortiz– no sientan a las mujeres, sino que los tienen de pie.
Por eso cuando se construyó el Ebais en el 2011, buscó un acuerdo con los indígenas de la comunidad y se incluyeron sus criterios en la construcción del edificio. El EBAIS se diseñó con la arquitectura indígena de la zona, antes de iniciar la construcción incluso hicieron una limpia en el lote.
No obstante, los indígenas ngöbe no solo tuvieron participación en el diseño del EBAIS, también lograron un acuerdo con la CCSS para tener un consultorio de medicina tradicional y la oportunidad de que una mujer embarazada elija si quiere un parto clínico o la atención de una partera.
Se firmó entonces un acuerdo con siete puntos que tantos los indígenas como los médicos de la CCSS respetan y renuevan cada dos años.
El primer punto es que tanto los médicos tradicionales que son indígenas y las parteras que trabajan en el Ebais respetarían la labor de los empleados de la Caja y viceversa.
Por toda su trayectoria en favor de las clases más desfavorecidas, la Caja le rindió un merecido homenaje al doctor Ortiz. La presidenta de institución, María Del Rocío Sáenz, se refirió al médico de esta forma:
“Ese apóstol de la salud que hizo de la tierra indígena su patria por vocación, abnegación y servicio, ¡gracias infinitas, por siempre y para siempre!”, concluyó la doctora Sáenz al entregarle un reconocimiento.
