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Espectáculos

Arte de adobe y cafetales

Ricardo Jiménez Salazar

Ricardo Jiménez Salazar es un consolidado pintor costarricense que a sus 61 años sigue plasmando en sus cuadros los paisajes de lo tico. Originario de Tibás, en San José, pero con raíces profundamente ligadas a Santo Domingo de Heredia, este artista decidió crear una serie de obras que reflejan lo mejor de la naturaleza patria, algo que quiere preservar.

Entre cafetales, cercas, árboles frutales, casas de adobe, quebradas, el campo y las costumbres de antaño, este veterano personaje de la cultura nacional entendió desde los 8 años que lo suyo era el mundo del arte, la pintura, las inspiraciones y el color impregnado en sus lienzos, algo que lo impulsó a estudiar, prepararse y dedicarse a su gran pasión.

“En el año 1963 inicié en la Casa del Artista, desde la escuela dibujaba y un amigo de la familia le dijo a mi mamá que me llevara a estudiar, incluso desde más niño me gustaba travesear los lápices de color. Siempre me llamó la atención el paisaje y me inspiré en grandes exponentes como Teodorico Quirós y Fausto Pacheco, que fueron grandes maestros”, explicó.

 

PUEBLO CHICO,
INSPIRACIÓN GRANDE

 

Aunque su infancia la pasó en una pequeña y poco desarrollada comunidad de Tibás, Jiménez logró inspirarse en grande para definir su temática como artista. Potreros, ríos, cafetales, pozas y guayabales inspiraron sus primeros trazos y permanecerían por siempre en su retina, pensamiento y carpeta de dibujo, lo que lo llena de orgullo.

“Yo crecí en la época de los 60, que fueron años muy bonitos y especiales para mí, prefería dibujar y pintar que irme a jugar bola o hacer otras cosas, como los demás niños. Tuve eso sí la oposición de mi padre, que no le gustaba mucho el arte pero a los años lo aceptó.

Él decía que la pintura era de vagabundos y personas bajas, por lo que de chiquillo hacía jardines en casas para ganarme algo, de esa forma podía comprar los materiales”, manifestó.

Posteriormente decidió especializarse y trabajar en forma exclusiva en la pintura. Aunque nunca obtuvo un título, fue oyente de las lecciones de artes plásticas por cinco años, además estudió en la Casa del Artista y la Escuela de Artes Plástica en Panamá, incluso fue becado en el extranjero.

LUCHA CONSTANTE

 

Dedicarse únicamente al arte no es una decisión sencilla, ya que el costarricense no tiene la costumbre ni el presupuesto necesario para adquirir pinturas, situación que hace difícil vivir de ese apasionante oficio. No obstante, para este veterano siempre habrá mercado para vender las obras de un buen pintor.

“No todos están educados para comprar, pero ahora hay un auge importante de artistas. Creo que siempre se pueden comercializar las obras porque ahora hay muchas personas dedicadas a esta profesión. En mi caso me pensioné de la Casa del Artista y espero seguir dedicándome por muchos años a esto, yo sería feliz muriendo con un pincel en la mano”, finalizó.

Si usted quiere conocer más sobre los óleos, acrílicos y cuadros que pinta Jiménez puede ponerse en contacto con él a través del teléfono 8873-4610 o visitar la Galería La Historia de mi Vida, en la Sala Marco Aurelio Aguilar Mata, que está en el Colegio Universitario de Cartago.

Sus obras estarán en exhibición hasta el 30 de setiembre.

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Sábado 08 Octubre, 2016

HORA: 12:00 AM

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