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Opinión

Ideas para la acción

Rafael Ortiz Fábrega*

La Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible aprobados por 193 líderes mundiales en la Organización de las Naciones Unidas, el 25 de setiembre de 2015, son decisivos tanto para nosotros como para el mundo contemporáneo dado que su alcance es global e integrador.

Ciertamente, el origen del concepto del desarrollo sostenible es conocido a partir del llamado Informe Brundtland sobre el Desarrollo Sostenible, que introduce un nuevo concepto de desarrollo porque establece: la sostenibilidad como un proceso constante en la construcción de las sociedades, fundamentado en tres elementos interdependientes: el desarrollo social, el crecimiento económico y los recursos naturales, como condiciones para asegurar la vida de la especie humana y de la misma naturaleza.

El pensamiento socialcristiano, que es la corriente ideológica que inspira nuestros trabajos de hoy en la Asamblea Legislativa, ha sido promotora del Desarrollo Sostenible. De hecho, en la Carta Social Cristiana a Costa Rica de 1995, incluimos el Desarrollo Sostenible fundamentado en siete ideas fuerza, que orienta y precisa que: “…el desarrollo sostenible de nuestro país debe llevarse a cabo dentro de una trilogía operativa, que comprende el desarrollo económico, el desarrollo social y el uso racional y la conservación del ambiente”…

La decisión de la organización de las Naciones Unidas, de adoptar oficialmente la denominada Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, compromete nuestro porvenir, y constituye un paso gigante y de extraordinaria importancia para la construcción de sociedades que, como la nuestra, no pueden desarrollarse sin justicia y sin igualdad, y menos aún sin el ineludible respeto y equilibrio con la naturaleza.

La agenda de Desarrollo Sostenible desde cualquier perspectiva tiene una magnitud enorme. Las posibilidades de lograr sus objetivos radican en la capacidad para forjar y trabajar en una gran red -a nivel internacional y nacional- forjando alianzas entre organismos internacionales, el sector privado, la sociedad civil y el Gobierno.

En el ámbito del Estado tenemos el enorme reto de incorporar los Objetivos de Desarrollo Sostenible -sin exclusión alguna para salvaguardar el principio de integralidad de la Agenda-, en el Plan Nacional de Desarrollo, como un compromiso esencial del país.

Por todo lo anterior, como Diputado a la Asamblea Legislativa, me uno a los esfuerzos de otros compañeros diputados, para que podamos gestar las modificaciones legales pertinentes y hacer una realidad el espíritu del párrafo segundo del artículo 11 de la Constitución Política, con el fin de que los entes del Estado sean objeto de evaluación y rendición de cuentas -ya sean del Gobierno Central o del sector institucional-, incluyendo compromisos país como la Agenda 2030.

Ha llegado la hora de que las ideas definan nuestras acciones, y que nuestras decisiones confirmen nuestra capacidad de ejecutar y alcanzar los objetivos compartidos con el desarrollo sostenible. Bienvenidas sean todas las ideas, pero mejor aún los acuerdos concretos para su ejecución. 

 

*Diputado

 

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Jueves 04 Agosto, 2016

HORA: 12:00 AM

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