DIS: florón de Zapote
José María Penabad López
Los ciudadanos --- me confieso --- estamos decepcionados con el discurrir de sobradas instituciones nacionales. Abunda el desconsuelo, para ponerse a llorar, alrededor de entes socioeconómicos interesados únicamente en provecho propio, tras malabarismo sindical, para carga y abuso del camello/pueblo que suda, trabaja, lucha si quiere sobrevivir.
La merecidamente calificada como CASTA comienza a ser desenmascarada por activa investigación de prensa. Trucos legalistas, convenciones colectivas singulares, atraco --- dura pero real palabra para el caso --- al Presupuesto de Estado financiado siempre por los contribuyentes, pese a la maraña de huelgas para proteger, esconder, a los aprovechados.
Se puede engañar a muchos, mucho tiempo, pero no a todos, todo el tiempo. Ilustre definición que ampara la verdad escondida en manifiestos y peroratas sindicales que, en retirada, aún pretenden defender lujosos salarios seguidos de espléndidas pensiones.
Todo lo anterior debe resolverse con valentía de gobernanza en democracia, solidaridad y equidad si es que Costa Rica pretende no detenerse, avanzar en desarrollo.
Hay otra amenaza, lobo asomando sus colmillos, que muestra a diario carta de naturaleza: el terrorismo narcotraficante, sembrando de muerte el territorio nacional. La lista cotidiana de ¨ajusticiados¨ es más que alarma. Es sencillamente un grito de horror y emergencia.
¿Y la DIS? Supuestamente anticipo para prevenir y adelantarse, neutralizar toda calamidad de violencia contra la sociedad y el orden establecido.
Google nos entera de lo que es la DIS en Costa Rica: La Dirección de Inteligencia y Seguridad Nacional (DIS) es, de forma interpretativa, el servicio de inteligencia de la República de Costa Rica. Según su cuerpo normativo orgánico, es un ente público con la única función de informar al Presidente en temas de seguridad nacional. Es un órgano adscrito y subordinado, administrativa y presupuestariamente, al Ministerio de la Presidencia.
Enterados por Google, pues, la DIS es un florón de adorno en Casa Presidencial, ornato de Zapote. La DIS no opina, no revela, ni voz ni voto, no tiene presencia a cara descubierta en los agobios de seguridad que sufre el país. La DIS es informante --- cuasi anónimo --- del Mandatario. Y ahí finaliza su recorrido institucional y práctico.
Sin embargo, somos pueblo, transparencia democrática de acciones, queremos saber, que los costarricenses sepamos, qué descubrió y que decidió la DIS/Gobierno frente al acto terrorista --- terrorismo clásico, puro --- que una noche, amparo nocturno cómplice, segó con alevosía las bases del puente de Moín con el objetivo de que al amanecer, los trabajadores que lo utilizan rumbo a su tarea, se precipitasen al vacío ¿Muertos, heridos? ¿Quiénes planearon, ejecutaron y a qué mando respondía tan macabro sabotaje?
Preguntamos, repetimos, repetiremos, para descubrir la fuente del, por el momento, tapado percance que la luz protectora del cielo evitó a tiempo. Los culpables, y su trágica intención, tan campantes. Zapote no se entera. O no quiere enterarse. A saber.
Un tal Coca Macho, y sus mariachis, han venido burlando --- ciego que no quiere ver --- a autoridades de distinta jerarquía y nivel con muelles exclusivos/clandestinos en los meandros del litoral limonense. Sólo el 20% de los crímenes narcos se resuelven. Costa Rica convertida en pasillo para en tráfico infernal. Norma de inteligencia y seguridad acorde para trabajo discreto, pero cabal, para la DIS. Somos o no somos.
Cuento, siempre breve, acaso el mejor del escritor hondureño, nacionalizado guatemalteco, Augusto Monterroso, se titula El mundo. Dice: Dios no ha creado el mundo, sólo está imaginándolo, como entre sueños. Por eso el mundo es perfecto, pero confuso.
A veces da la sensación, un sueño, de que, en el universo de la gobernanza, nos imaginamos que la DIS, por ejemplo, dispone de atributos superiores y, con ello, sea capaz de resolver, aclarar, misterios como el atentado al puente de Moín, daño irresuelto, o conocer y, por el hilo, llegar a la madeja de sendos apeaderos marítimos para uso y beneficio de criminales narcotraficantes. Y más. Pero, como el cuento de marras, nos quedamos … imaginándolo.
Mariano Figueres Olsen lleva en las venas, la sangre, su certificado de garantía. Fue el primer costarricense --- ¿el único? --- que se ofreció de voluntario para desalojar a los filibusteros que levantaron un mesón, invadieron, el nordeste de Costa Rica. La Corte de La Haya, vía legal, pondrá ¿cuándo? las cosas en orden. Esperamos. MFO dirige la DIS.
La impaciencia popular requiere aclaraciones. Cristalina agua de manantial. En versión cívica, la DIS está integrada por comodones burócratas que se dedican al ¨deporte¨ de pinchar las audiciones telefónicas de la gente, para tratar de hallar sospechas y tal vez alguna que otra conspiración de café. Hasta ahí. Mientras, cada 24 horas las balas siegan vidas de ciudadanos, supuestamente, para cobrarse desajustes con los dineros de la droga.
¿Quién está detrás, patrón o supremo sicario, de tan alarmante guerra de pandillas? ¿Lo saben, controlan, profundizan las fuerzas del orden donde la DIS se inscribe para las tareas de inteligencia y seguridad? Las páginas rojas de Prensa/TV/Radio revelan el cáncer social que la escalada de muerte registra cotidianamente el devenir costarricense.
Los tiempos vigentes lo exigen. Deje la DIS de ser jarrón de lujo en Zapote y ponga a sus efectivos en vanguardia para detener la infiltración narco/criminal que acongoja con creciente temor al pueblo de Costa Rica.
No sabemos cual santo evitó una catástrofe humana, en el fallido quebranto del puente de Moín. Sabemos, sin embargo, la opinión de Santa Catalina de Siena, que el Papa Francisco recomienda: Basta de silencios y gritad con cien mil lenguas porque, por haber callado, el mundo está podrido.
Reflexionando con Monterroso: Tenemos esperanzas, Dios apenas se está imaginando al mundo que mejorará cuando termine de concebirlo. Para entonces, hasta la DIS entrará en obligatorias funciones… (Tal como reza la ESTAMPA de OjO)
