El avispero del PAC

Página Abierta: Sin tapujos

Abundan las acepciones del vocablo avispero y en especial las coloquiales: “reunión de personas inquietas y agitadas “ y “conjunto de personas conflictivas”, entre otras. Sin embargo, el “avispero” del PAC, partido al que he otorgado el voto en los cuatro comicios nacionales que ha participado, quizás acabe enriqueciendo el nutrido arsenal de los significados de la palabra con un singular y expresivo costarriqueñismo: “lugar donde los presentes solo se ponen de acuerdo para disentir.”

Aceptado que bajo el comando y con el norte trazado por su fundador, don Ottón Solís, el partido se convirtiera rápidamente en referente de una cívica campaña para adecentar la política costarricense y tambaleara primero y arrinconara después al nefasto bipartidismo que padecíamos. Pero sus bancadas legislativas sufrieron en sus inicios fraccionamientos y deserciones restando coherencia a la organización y promoviendo en sus filas un canibalismo que apenas ha dejado títere con cabeza.

Podría esperarse que, tras los pasos inseguros de toda nueva entidad, el partido, como todos con tendencias y corrientes discrepantes, acabara de adquirir algún perfil aproximadamente homogéneo, pero nos quedamos sin verlo y el abandono por don Ottón de su aspiración presidencial desató el avispero. Ni siquiera la arrolladora victoria presidencial de su candidato en las elecciones últimas le ha otorgado el nivel de cohesión que sus militantes y simpatizantes esperaban.

Las razones del desbarajuste que agobian al PAC podrían ser múltiples, aparte el abandono del comando por su timonel, pero quizás tenga que ver en ello la falta de norte ideológico. Encomiable ha sido poner en la palestra la preocupación ética, pero no puede ser casi la única para cobijar a sus huestes. ¿Por qué –-preguntamos-- no intentó su dirigencia ubicar al partido en la social democracia, que Liberación Nacional usó como bandera sin desplegarla de veras?

Deseable pero difícil esperar, sin un problemático desempeño provechoso del gobierno, ver enrumbado al partido que tantas esperanzas despertó. Y, como la política no tolera vacíos, no debiera sorprender que ya esté en proceso de constituirse una nueva fuerza electoral. Al PAC le costó poco tiempo aparecer con vigor en la escena y los tiempos que corren ponen velocidad a estos empeños. Sobran ejemplos en otras latitudes.

¿Superará el PAC la contienda y el avispero que lo fragmenta y desgarra? Si no lo consigue, corresponderá quizás a un nuevo partido enfrentar al Frente Amplio, que ya estrena pantalones largos en la política costarricense. Las restantes agrupaciones continuarán, como ya se advierte, en manifiesto letargo o en proceso irreversible y merecido de extinción.

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Martes 14 Abril, 2015

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Rodolfo M. Santos Lara