El impulso a una propuesta para censurar medios de comunicación no es un elemento aislado por parte del Gobierno, sino una estrategia contra la prensa nacional, así lo critica el diputado Mario Redondo, quien fue el primer legislador en alertar de los errores esta propuesta, incluso al propio presidente Luis Guillermo Solís, a inicios de marzo.
Es así que el diputado tacha de inaceptable que Solís tras ver arder la polémica sostenga que desconocía los alcances de la propuesta.
“Este proyecto de ley no es algo casual, estoy convencido de que hay todo un modus operandi en un número importante de actores de Gobierno que es intolerante a la crítica y a la fiscalización, y una serie de condiciones que son propias de la democracia, lo que es muy curioso porque ellos llegaron al gobierno apoyados en este tipo de instrumentos.
Se hacen las víctimas de acoso mediático cuando hace un año estaban detrás de la prensa para hacer lo que a ellos no les gusta que les hagan y es que los fiscalicen, los censuren”, sostuvo Mario Redondo.
El congresista enlistó las acciones de esta administración que revelan la tendencia contra los medios de comunicación.
¿ESTRATEGIA?
“Usted empieza a ligar este hecho con otros, como ha sido la forma en que actuaron con algunos medios digitales el último mes, la forma en que el Presidente dio una cadena de radio y televisión acusando de acoso mediático, la forma en que son reacios a suministrar información, la mayoría de las veces tenemos que presentar recursos de amparo para obtener información. Si usted une todas esas circunstancias, uno puede decir que no es un acto aislado, evidencia una forma de cómo operar, que riñe con los principios de una democracia y de un desarrollo pleno de las libertades públicas”, advirtió Redondo.
Para confrontar sobre esta estrategia, el parlamentario propiciará que el ministro de la Presidencia, Melvin Jiménez, rinda cuentas ante los 57 diputados.
El Presidente niega la existencia de una estrategia y asegura que “en lo que toca en la administración Solís-Rivera le garantizo que en materia de libertad de expresión y libertad de prensa nadie está por buscar un marco legal que la socave”.
El mandatario insiste en escudarse de que no conocía el controversial texto y deja en manos de la ministra Gisela Kopper indagar quién lo elaboró con ese perfil.
“No quisiera ponerme en una actitud parecida a la de la Gestapo, porque lo importante no es el santo es el milagro, lo importante es una nueva ley que refleje cómo se encuentra la sociedad y la tecnología costarricense, garantizando la mayor pluralidad, el mayor respeto a la libertad de expresión y de prensa (…) No estoy dispuesto a pagar el precio político de hacer tonterías, de generarle daño a la institucionalidad, si los procesos no logramos mejorarlos”.
