Editorial
En el último año hemos sido testigos de lo que parece discordia en el Poder Judicial. Lo más reciente que generó diferencias fueron las declaraciones públicas de la Asociación Nacional de Investigadores en Criminalística (ANIC) respecto al supuesto uso incorrecto de la plataforma de datos confidenciales por parte de magistrados, jueces y fiscales.
Esas manifestaciones no hicieron esperar el malestar de las jerarquías del Poder Judicial, de la Judicatura y del señor fiscal general de la República, Jorge Chavarría, quien fue vehemente al desacreditar y desmentir lo que ANIC se dejó decir en defensa de unos pocos agremiados que hoy serán investigados por sobrepasar los límites que les confiere la policía judicial y espiar a un ciudadano de apellido Navas, pero bien pudo ser Pérez, Castro, Mena…
Esta asociación no solo hizo una denuncia sin mostrar prueba alguna a los costarricenses y señalar a entidades “hermanas”, haciéndolas corresponsables de sus propias faltas, sino que también intenta menospreciar y menoscabar el trabajo de un medio de comunicación como es DIARIO EXTRA, que valientemente denunció lo que podría catalogarse como el primer caso de espionaje estatal contra personas y empresas privadas en el país.
¿Por qué ANIC brinca, si el piso está parejo? Tratar de achacarles la culpa a terceros no viene a corregir los errores e irregularidades. Los agentes deberían enfocarse en sanear la institución y no tratar de justificar las faltas porque empleados de mayor rango también hayan incurrido en ellas.
Con mucha sorpresa fuimos testigos de una convocatoria masiva que hizo la Asociación, integrada por agentes judiciales en ejercicio y retirados, para manifestar su total repudio por las noticias que este año se han publicado en nuestros medios; cabe destacar los más leídos del país, y burlarse de nuestro periódico.
Esa reunión tuvo lugar en el auditorio del OIJ e invitaron a algunos medios de comunicación, excepto a DIARIO EXTRA. Claro está, somos la piedra en el zapato, como lo externaron frente a cientos de funcionarios judiciales.
Difundieron los miembros de este grupo un video que hoy es objeto de prueba en una causa por agresión, que según nos confirma la Fiscalía General aún está en investigación.
Además esa prueba que esta organización quiere acreditar como reveladora no es más que un video editado caseramente, el cual carece de toda razón y sentido, pues no muestra de ninguna forma las agresiones de las que fue objeto el periodista Manuel Estrada.
No entendemos cuál es la intención detrás de ese encuentro, pues para ser sinceros ANIC y OIJ deberían estar brincando en una pata, como dice el pueblo, pues en bandeja de plata les estamos dando las pruebas de presuntos actos de corrupción que se cometen en sus oficinas y de los cuales todos los ciudadanos debemos ser vigilantes y repudiar.
Días atrás evidenciamos cómo el OIJ aparece de primero en la lista de acosadores sexuales. No decimos aquí que todos están en este tipo de conductas irresponsables, serán unos cuantos a los que les ha faltado castigo, pero siguen haciendo de las suyas ante la inoperancia administrativa.
Más atrás se detectó el ingreso de 24 oficiales judiciales y 4 fiscales de la República a la red de datos confidenciales con el único objetivo de chismear la vida y milagros del futbolista Navas. Aquello terminó siendo un espectáculo, pues el propio jefe policial no tenía explicaciones a los hechos que hasta expedientes falsos originaron y hoy es investigado como delito en la Fiscalía.
Como estos hechos hay muchos, que deben darse a conocer.
No existe aquí un afán por desprestigiar a esta institución, pues consideramos que hay hombres y mujeres de intachable reputación que sirven a la patria desde esta trinchera y administrar justicia no es juego. A ellos les debemos nuestra paz y seguridad.
Pero por lo demás hay que decir que DIARIO EXTRA no callará, no nos tiembla el pulso para denunciar como lo hicimos a comienzos de este año, cuando según lo reconoció la Sala Constitucional nos espiaron de tajo a rajo los celulares y las centrales telefónicas con el objeto de conocer quiénes eran nuestras fuentes de información.
Contundente y claro lo dijo el magistrado presidente de la Sala Cuarta, Gilberth Armijo: es prohibido espiar, intervenir, registrar llamadas de periodistas para descubrir sus fuentes.
El fallo fue unánime y revelador, dejando las reglas del juego claras ante los atropellos de quienes se sienten en el olimpo.
Dicen que lo que no nos mata nos hace más fuertes. Reiteramos nuestro compromiso con la justicia y la verdad porque ante todo somos ciudadanos y trabajaremos de la mano con jueces, fiscales, agentes, magistrados y policías cuando nos sea requerido porque sabemos que esa es nuestra obligación.
