El Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales de la Universidad de Costa Rica (LanammeUCR) encontró severos daños en la Ruta 27, entre San José y Caldera, concesionada a Autopistas del Sol.
En el informe número INF – PI – UGERVN – 05 – 2014, entregado y expuesto al Consejo Nacional de Concesiones (CNC), Lanamme hace un análisis y confirma que la troncal principal de la ruta presenta una condición aceptable, sin embargo los taludes muestran un mantenimiento deficiente, y las radiales un deterioro severo.
El documento indica que en radiales a El Coyol, Turrucares y Atenas la pérdida de capacidad estructural es más notoria.
Esta evaluación estuvo relacionada directamente con la vida útil o de servicio, con el costo de operación de la flota vehicular que circula por el proyecto, y con la seguridad vial. Por lo que se utilizó el Deflectómetro de Impacto (FWD) para medir las deflexiones obtenidas al someter al pavimento a una fuerza que simula cargas de tránsito, lo que permite calcular la capacidad estructural del pavimento.
Según los análisis, se detectó que las radiales requieren una intervención pronta para mejorar su condición estructural, ya que presentan deflexiones entre altas y muy altas, indicando que hay una estructura débil para soportar las cargas que pasan sobre las mismas.
Sobre la condición funcional, se encontró que un 23% de la troncal principal es calificada con valores donde la calidad de manejo es baja a la de los pavimentos nuevos, por lo que pueden presentar problemas para altas velocidades de tránsito, aumentos en los costos de operación de automóviles y disminución de la durabilidad del proyecto al aumentar el número de cargas dinámicas sobre el pavimento.
“Es notable cómo el nivel de la capacidad funcional es inferior en el sentido Caldera – San José, condición que es consistente con la presencia de mayor cantidad de vehículos pesados que transitan en este sentido de circulación”, indica el informe.
En cuanto a la resistencia al deslizamiento como parámetro de seguridad vial, se halló que disminuyó levemente las zonas deslizantes, sin embargo es un punto que no se debe descuidar por la entrada de la época lluviosa.
Referente al estado de los taludes y terraplenes adyacentes a la ruta en las giras realizadas por los funcionarios del LanammeUCR, han identificado varias inclinaciones de terreno que ameritan intervención por parte del concesionario de la carretera.
“Requieren especial atención los tramos que presentan alteración hidrotermal, sobre todo aquellos sectores en los cuales el concreto lanzado sobre los taludes está degradado por esta condición. El potencial desprendimiento del concreto representa un peligro para los usuarios de la vía. Existen tramos que muestran condiciones de tipo de suelo, altura y pendiente que los hacen muy susceptibles a la erosión por acción de la lluvia. De no tomarse medidas en el corto plazo, el deterioro puede derivar en deslizamientos con el consecuente peligro para los usuarios de la vía”, resalta el informe.
