Manifestaciones artísticas y culturales como mecanismos de prevención de la violencia

Opinión

El pasado sábado 31 de agosto del año en curso, con ocasión de la celebración del Día de la Persona Negra y la Cultura Afrocostarricense, tuve el privilegio de disfrutar como espectador del Grand Gala Parade en la ciudad de Limón. Durante seis horas, más de sesenta agrupaciones realizaron manifestaciones culturales a través de vestuarios vistosos de colores y un explosivo ritmo y sabor que contagiaban a todo aquel que se encontraba en el lugar.

Lo más emocionante de todo ello fue ver la participación de muchos jóvenes, niños y niñas, como integrantes de estos grupos de baile.

En tiempos tan convulsos, en donde se ha abandonado la cultura de legalidad y ante la presencia de tanta violencia, el observar a estas personas menores de edad, desarrollar un sentido de pertenencia hacia un conjunto de pares, unidos por la pasión hacia el baile, no hace más que llenarlo a uno de esperanza y confirmar la tesis de que en nuestro país, en definitiva, son más las personas buenas.

Precisamente, en las áreas de la cultura, el deporte y la educación, es donde se debe incidir, para justamente procurar que la juventud no se vea tentada por los ofrecimientos que le realiza el crimen organizado, quienes, ante el nivel de inmadurez, muchas veces ceden a esas propuestas. Lamentablemente, las ofertas que reciben los jóvenes por parte de los líderes criminales van desde las cosas más elementales, como lo son comida y vestuario, hasta los más estrambótico, como lo son vehículos y joyas.

Es evidente que los jóvenes, al ser integrantes de estos grupos de baile, encuentran en estos espacios un factor protector, pues transforman el ocio en práctica, constancia y disciplina, para alcanzar las coreografías que luego, tan destacadamente, en diversos espacios que les son otorgados, pueden ejecutar su manifestación artística, como lo fue en el Grand Gala Parade.

Así las cosas, es fácil advertir que, para atender el fenómeno criminal que nos afecta, no solo debemos recurrir a las acciones de carácter represivo, sino que, es indispensable crear conciencia de la necesidad de estos espacios protectores que brindan el arte, el deporte y la educación, de forma tal que los jóvenes se conviertan en sujetos transformadores, para nuevamente crear una ciudadanía enfocada en la cultura de paz.

*Director del Instituto Costarricense sobre Drogas

PERIODISTA:

EMAIL:

Miércoles 04 Septiembre, 2024

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Fernando Ramírez Serrano*