¿Qué hacemos con Crucitas?

Editorial

Desde hace siete años, Crucitas se ha convertido en un dolor de cabeza para las autoridades. Y es que en todo este tiempo no hemos visto ningún beneficio de la explotación de esta “mina de oro”.

No ganamos en lo económico ni mucho menos en lo ambiental. Desde el 2017 venimos regalando el mineral a manos llenas en medio de un desastre ambiental sin precedentes.

En algún momento hubo estimaciones de que en la zona podría haber hasta 64 toneladas de oro valoradas en $2.500 millones. Una suma nada despreciable para un país con tantas necesidades como Costa Rica.

Sin embargo, al paso que van los coligalleros, y para cuando se resuelva el tema legal, es posible que no veamos nada de eso. Lo que sí recibiremos son las consecuencias de la contaminación y el incalculable daño a la naturaleza.

A través de un reportaje, veíamos cómo estos extractores que trabajan en la ilegalidad cavan huecos como si fueran topos, uno muy cerca del otro. Es entonces que uno se pregunta: ¿Y dónde estaba la presencia policial en ese momento?

No tenemos dudas de que esa especie de túneles no se hacen en un día. Debe tomar mucho más tiempo que eso, de modo que es difícil creer cuando nos dicen que la situación está controlada.

Hace poco vimos cómo un coligallero perdió la vida en un enfrentamiento con la policía, pero el solo hecho de trabajar en estos túneles ya representa una situación de vida o muerte para ellos, de modo que los riesgos están a la orden del día.

No deja de resultar curioso que el altercado se produjera justo después de que se publicara la noticia que dejó a más de uno con la boca abierta por lo que estaba ocurriendo en la zona.

Con esto no queremos decir que culpamos a la policía porque, como dicen las autoridades, lo que hay aquí es una mafia organizada, no son unos cuantos caciques.

El problema es que hay intentos de poner orden, pero solo eso.

Estamos hablando de tigre suelto contra burro amarrado. Aunque somos un Estado de derecho, nos cuesta pensar que, en este lugar y bajo estas condiciones, prime el respeto a la autoridad.

Todo esto también pasa por un tema migratorio.

Para nadie es un secreto que la mayor parte de las personas que se dedica a esta actividad son extranjeros, posiblemente mal pagados y quienes laboran en condiciones insalubres.

Hoy nos pueden mostrar como que todo está bien, y que ahí no pasa nada, pero una vez que se van las cámaras, ¿qué será lo que pasa verdaderamente en la comunidad de Crucitas?

Ojalá y pronto tengamos noticias de la apelación internacional, porque aquí no hay un daño de bajo impacto ni menos de pequeña escala, sino una explotación ilegal fuera de control.

De esta actividad, no obtenemos ninguna retribución como sociedad. Por años nos han robado el oro, acabando con nuestra preciada naturaleza a vista y paciencia de todos.

No nos engañemos, esa es la realidad.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

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Miércoles 17 Abril, 2024

HORA: 12:00 AM