La ola de sicariato y criminalidad parece continuar en ascenso en el territorio nacional. Los ajusticiamientos y cuerpos bañados en sangre son cada vez más frecuentes, como en el hecho reciente donde una persona nuevamente quedó sin vida dentro de un vehículo luego de ser alcanzado por unos gatilleros que le dispararon en múltiples ocasiones.
La víctima fue identificada como Kendall Mora Pérez de 27 años, quien viajaba en un carro por Carrandí cuando en apariencia unos vehículos sospechosos estaban delante del lugar por el que pasaba y en ese momento lo abordó una motocicleta con dos sujetos que detonaron sus armas repetidamente.
El macabro asesinato se dio a los 100 metros de la delegación del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) de Batán, incluso un agente presenció el momento del ataque, por lo que sacó su arma y se generó un enfrentamiento con los criminales, pero lograron escapar. Sin embargo, después de una persecución uno de los sospechosos fue detenido con un arma de fuego en su posesión.
Preliminarmente se conoce que al momento del hecho se escucharon más de 15 detonaciones y que después Mora quedó sin vida dentro del vehículo. Al parecer viajaba acompañado cuando recibió el ataque. Según los vecinos, era oriundo de Venecia de Carrandí.
Un lugareño, que prefirió mantener el anonimato por seguridad, manifestó que la zona es peligrosa y que además hay rumores de conflictos ligados al narcotráfico.
“Aquí se hacen comentarios porque este asesinato es muy violento, primero le dispararon varias veces, se detuvieron y le volvieron a disparar. En esta segunda ocasión fue con extremo ensañamiento, se rumora que se la tenían jurada. Ahí en Carrandí es terrible, parece que se matan entre bandas, no es una muerte por casualidad y lamentablemente algo debía y se la cobraron”.
Trascendió que Mora tenía un próspero negocio propio, además que era hijo de un reconocido matrimonio que dedicaba su vida a la fe.
La escena quedó a cargo de los agentes judiciales para investigar las causas y poder hallar a los responsables de este acto.
LIMÓN EN NÚMEROS ROJOS
Al 20 de noviembre, el país registra 814 muertes. De esa desafortunada cifra, 200 asesinatos se cometieron en Limón, una situación que pone en evidencia la urgente necesidad de políticas que atiendan la inseguridad de la provincia.
“Uno de los grandes problemas que estamos observando, en este tema de los homicidios a manos del crimen organizado, es que no solamente las personas vinculadas directamente a alguna de estas organizaciones corren el riesgo de ser víctimas de esta ola de violencia, sino que también familiares, personas cercanas, corren el riesgo sin saber ni conocer que pueden convertirse en víctimas. Los mensajes de una banda rival a otra son claros y no importa quién esté en ese momento en medio del objetivo”, externó Rodrigo Campos, profesional en ciencias criminológicas de la Universidad Estatal a Distancia (UNED).
Uno de los temas que más preocupa a los expertos es la cantidad de crímenes en poblaciones reducidas como la de Costa Rica y aún más como en Limón.
“Esto en un país tan pequeño como el nuestro hace que el tema todavía sea más intenso. La población de Limón es de 470 mil habitantes, incluso un poco más, y al día de hoy con 200 homicidios tiene una tasa de 42,5 por cada 100 mil habitantes. Es decir, si en el país nos va mal con una tasa por encima del 12 o 13 por cada 100mil habitantes, la de Limón cuadriplica este indicador y casi que es 8 veces la tasa promedio mundial de homicidios”, explicó Campos.
Limón, San José (197 casos) y Puntarenas (130) encabezan esta lista de violencia que parece no cesar. Los jerarcas judiciales señalan que de seguir el ritmo acelerado que hasta hoy se lleva, el año cerraría con alrededor de 900 casos, una cifra histórica de criminalidad para Costa Rica.
PERIODISTA: Daniela Briceño
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Martes 21 Noviembre, 2023
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