A finales de la década de los 90 e inicios de los 2000, las barras bravas comenzaron aparecer en Costa Rica. Los nombres de La 12, Ultra Morada y La Garra tomaron fuerza en el país, influenciadas por agrupaciones sudamericanas dedicadas a apoyar a equipos de fútbol.
Con los años, estos grupos crecieron como la espuma en cantidad de integrantes, perdieron su norte y se volvieron más difíciles de controlar por parte de las autoridades.
“El momento más crítico siento que se vivió entre los años 2000 y 2005, donde ya las barras empezaron a crecer indiscriminadamente, comenzaron a enfrentarse, se citaban para enfrentarse no solo en partidos, es así como nosotros comenzamos a darle seguimiento al asunto”, dice Raúl Rivera, director de Unidades Especializadas de la Fuerza Pública.
El comandante Rivera lleva más de 20 años trabajando con barras bravas, a las cuales considera menos peligrosas que antes.
“Los eventos que se presentaban anteriormente ahora en muy pocas ocasiones se presentan. Antes una barra equis iba a visitar Limón y en el camino iban parando y asaltando supermercados”, agregó Rivera.
DROGAS Y MENORES DE EDAD
Sin embargo, a pesar de que la peligrosidad de estos grupos viene a menos, las autoridades policiales tienen claro que el consumo de drogas, vandalismo y otros tipos de actos delictivos siguen siendo parte de ellos.
En palabras de Raúl Rivera, dichas agrupaciones están penetradas por pequeñas organizaciones criminales ligadas al narcotráfico.
“Sí la hay (influencia de organizaciones delictivas), en el hecho de que la gente llega y en muchas ocasiones se han sorprendido consumiendo droga dentro de los recintos deportivos.
Sería tal vez un poquillo arriesgado afirmar que hay una penetración de una organización delictiva muy grande, pero de que hay consumo y distribución de drogas, sí la hay”, señaló.
El comandante Rivera agrega que incluso hay casos en que integrantes de estas agrupaciones reclutan menores de edad para hacer el trabajo sucio de meter drogas a los estadios.
El perfil de estos jóvenes sería compuesto por menores de edad que provienen de hogares disfuncionales, desintegrados y que viven en comunidades vulnerables.
“Hemos venido realizando estudios que nos han ayudado a determinar que estas personas (barras) adoptan a estos chiquitos y en muchas ocasiones ellos son los que introducen droga y pólvora a los estadios. Han involucrado y reclutado nuevos menores de edad”, explicó.
MENOS SEGURIDAD
A pesar de estas informaciones manejadas por las autoridades, Fuerza Pública ha disminuido la presencia de cuerpos policiales, como la Unidad de Intervención Policial (UIP) en los estadios, dejando en manos de empresas de seguridad privada la tarea de contener a las barras.
Para Raúl Rivera la respuesta que puede brindar una empresa de seguridad privada no tiene punto de comparación con el accionar de los antimotines. Sin embargo, señaló que Fuerza Pública ha tenido que centrar su atención en otras situaciones ajenas al deporte.
“Algunas empresas de seguridad no son responsables a la hora de contratar las personas que van a atender este tipo de eventos, pero hay otras que sí preparan a su personal aparte y nos han solicitado asesoría a nosotros como Fuerza Pública.
La respuesta que puede dar una empresa de seguridad privada no tiene margen de comparación con el margen de actividad que realizar la UIP”, agregó.
DIARIO EXTRA intentó contactar a varias empresas que brindan el servicio de seguridad en los estadios, pero al cierre de edición no obtuvimos respuesta.
LIMPIAR IMAGEN
“Es feo, pero uno se acostumbra”, dice Boti, uno de los integrantes más antiguos de La Garra, sobre los estereotipos que los tachan de delincuentes y marihuanos.
En las barras afirman que trabajan en limpiar la imagen de las agrupaciones y que uno de los primeros pasos ha sido implementar protocolos o códigos internos para separar a quienes incurran en actos delictivos.
“Eso ha sido una problemática en el fútbol desde hace mucho tiempo. Hace unos años para acá mantenemos la seguridad de nuestra propia barra, sancionando. El objetivo es tratar de llevar esta pasión, si hay actividades que son nocivas para esto, las tratamos de eliminar entre nosotros”, mencionó Lucas, uno de los hombres a la cabeza de La 12.
Los líderes de estos grupos de aficionados saben que siempre habrá una persona que se salga del saco, pero enfatizan que tienen el objetivo de hacer, con el tiempo, de las barras bravas un espacio sano y seguro.
También recuerdan que sus integrantes pertenecen a distintas clases sociales. “En las barras hay maes que trabajan 12 horas al día, hay profesionales, hay abogados, hay mujeres que son farmacéuticas, hay de todo”, aseguró Boti.
No se pierda este miércoles, en la segunda entrega de este reportaje especial, cómo se puede formar parte de una barra brava y cómo están conformadas dichas agrupaciones.
LO DIJERON
¿QUÉ ES UNA BARRA?
“Una barra es un grupo social como cualquier otro, solo que enfocado en apoyar a su equipo, en las buenas, en las malas, haciendo calor o frío, cerca y largo”, Lucas, líder de La 12.
“Es un estilo de vida, ahí usted conoce. Para mí, Herediano es todo. Ser garrero es lo mejor que me ha pasado, conocí el país y salí del país siendo garrero. Ser hincha es todo”, Boti, integrante de La Garra.
PERIODISTA: Kevin Valverde Ramírez
EMAIL: [email protected]
Martes 21 Noviembre, 2023
HORA: 12:00 AM