Feria Internacional del Libro
Opinión
El próximo 3 de setiembre se inicia la Feria Internacional del Libro, un evento organizado por la Cámara Costarricense del Libro y respaldado por distintas instancias, incluido el Museo de los Niños, que se enorgullece de ser parte de este evento y apoyar la difusión de la lectura en las nuevas generaciones.
La Cámara fue fundada en agosto de 1978, con el propósito de unir esfuerzos para incrementar la cultura y la educación en la población. Ya en 1954 se había convocado la Primera Feria Nacional del Libro y desde ese entonces autores, editores y libreros se han dado a la tarea de difundir las obras literarias nacionales e internacionales, en todo el territorio nacional. Más de treinta ferias nacionales dan cuenta de su labor a la que se suman actividades de capacitación profesional, publicación de libros y revistas, varios programas de promoción de la lectura y mejoramiento para la juventud y la población en general.
Desde siempre la Cámara ha hecho un esfuerzo por hacer que el evento reúna a la familia y que juntos padres, hijos y abuelos, descubran el maravilloso universo de los libros que te invita, sin importar la edad, a seguir los amores de Julieta, a viajar a la Luna con Verne o aprender del Principito que “lo esencial es invisible a los ojos”. Los caminos por los que te conducen los libros jamás dejan de sorprenderte, te pueden llevar a resolver casos con Sherlock, a viajar con Peter a la Tierra de Nunca Jamás o sufrir por los horrores de la guerra que vivió Anna. Sin los libros posiblemente no conoceríamos la magia de Harry, ni viajaríamos por 20 leguas entre monstruos, ni nos sumergiríamos en trilogías que te llevan por las calles medievales de Barcelona y te transportan a bibliotecas perdidas.
Los libros lo mismo cuentan historias que guardan la memoria de los pueblos, registran los avances de la ciencia y la tecnología o recogen el saber en general. Recordemos que la transmisión de los saberes por medio del lenguaje oral tiene sus limitaciones, pues el mensaje se va “modificando” conforme pasa de una persona a otra, ya no digamos de generación en generación. Sin los libros el conocimiento se hubiera perdido en el tiempo, pues difícilmente seríamos capaces de recordar historias, leyendas, proezas o traiciones.
La historia en sí de cómo se desarrolló la escritura y cómo fue migrando de soportes: de la piedra a la arcilla, al papiro, a la seda, al bronce, a las pieles de animales pasando por el papel de amate o de arroz hasta llegar al papel de hoy en día, es una historia fascinante que nos recuerda el largo trayecto que ha recorrido la humanidad para llegar a la invención del libro.
Posiblemente el conocimiento de las antiguas civilizaciones se hubiera perdido junto el pensamiento filosófico de los grandes pensadores de la humanidad o los descubrimientos en matemáticas, medicina, ciencia… si no se hubieran inventado los libros. El motor que detonó la ciencia, la tecnología, la historia y el saber en general, fue la capacidad de registrar y pasar el conocimiento a las siguientes generaciones, sentando, con ello, las bases para futuros descubrimientos.
Es cierto que contamos con nuevas herramientas electrónicas que hacen las veces de libro, pero también es bien sabido que recientes estudios de neurociencia realizados en diversas universidades del mundo señalan los beneficio que tiene la lectura en libros impresos para el desarrollo neuronal, entre ellos una mayor comprensión de la lectura, un aumento en el vocabulario y un estímulo a la creatividad, pero sobre todo promueve el pensamiento analítico que nos permite tomar mejores decisiones y ser más críticos al momento de opinar y juzgar.
Más que nunca debemos cultivar el hábito de la lectura, especialmente entre nuestros niños y jóvenes, los libros no solo ayudarán a su desarrollo intelectual y su capacidad crítica, sino que nos permitirán construir espacios de comunicación donde encontrarlos y conocer más de sus intereses, pensamiento, temores e inquietudes.
La Feria Internacional del Libro nos brinda una vez más la oportunidad de compartir y vivir el maravilloso y mágico mundo de los libros, gracias.
