Cuando se bajan los ánimos, la mayoría de personas suelen sentir somnolencia, apatía y un “bajonazo” de energía que a su vez se une a un incremento del apetito.
En relación con la depresión se han hecho muchas investigaciones para encontrar tratamientos que ayuden a la persona a superarse, ya que se ha convertido en una de las enfermedades más extendidas en la sociedad.
Algunas frutas contienen aminoácidos especiales que estimulan la hormona de la felicidad (la serotonina) y a las que se puede recurrir para superar esta enfermedad.
Se trata del banano, este de debe consumir cuando su piel está amarilla. Además de combatir la depresión, ayuda en las digestiones y reduce el colesterol negativo de la sangre.
El melón tiene que comerse siempre maduro; lo estará cuando al apretar sus extremos estos se hundan un poco. Aparte de combatir la depresión, tiene un efecto laxante suave y protege el estómago; es diurético, por lo que elimina las toxinas del cuerpo.
La piña además de combatir la depresión, tiene efectos laxantes suaves, es diurética y mejora la capacidad digestiva.
Las frutas se deben consumir al natural, y pueden ser ingeridas de muy diversas maneras tales como zumos, al natural, en purés o cremas.
Según un reciente estudio, consumir dos piezas de manzana al día, ayudará a prevenir dichos males, mejora la salud y, al parecer, esta fruta en concreto es la más efectiva de todas las opciones existentes en el supermercado; es especialmente recomendada para mujeres de mediana edad.
La manzana cuenta con antioxidantes que favorecen el funcionamiento del cerebro y la generación de neurotransmisores como la dopamina, que predisponen a mirar la vida de manera más positiva.
A su vez potencia la producción de neurotransmisores vinculados a la generación de sensaciones de bienestar en el cuerpo y la mente, proporcionando sensaciones de plenitud, placer o euforia, lo que la asemeja a un antidepresivo natural.
De esta forma, los científicos aseguran que su ingesta regular, incluyendo una manzana diaria, puede facilitar un equilibrio emocional y bioquímico que haga estar más predispuestos a disfrutar de cada segundo.
