El ajo es mucho más que un condimento, es un espanta enfermedades cargado de propiedades nutritivas y beneficios para la salud, en la Antigua Grecia, Hipócrates, padre de la medicina moderna, lo utilizaba para tratar distintas enfermedades.
Su consumo habitual puede ayudar a hacer mejor la digestión, a absorber mejor los nutrientes de los alimentos, y también optimiza las funciones del páncreas y del hígado.
Posee un alto valor nutritivo y contiene muy pocas calorías. 28 gramos contienen 42 calorías, y mucha vitamina C, vitamina B6 y manganeso.
Desde la Fundación Española del Corazón (FEC) recomiendan incluir ajo en la dieta no solo para reducir el colesterol malo y proteger el corazón, sino como remedio depurativo, antiséptico y antibacteriano.
Entre las propiedades terapéuticas que se la han atribuido a través de los siglos, destacan:
-Es el mejor antiséptico, antibiótico y antimicótico natural que existe
-Es un excelente depurativo, ayuda a eliminar toxinas del organismo y contribuye a la formación y regeneración de la flora intestinal.
-Mejora la circulación de la sangre debido a su poder anticoagulante.
-Reduce el nivel de grasas en la sangre, disminuye los niveles del colesterol "malo" (colesterol LDL) y protege el corazón y las arterias.
-Es expectorante, por lo que resulta muy útil en afecciones respiratorias como asma, bronquitis aguda o crónica.
Una buena alternativa para evitar el olor a ajo, es recurrir a las cápsulas o extractos en los que se presenta comercializado.