La miel pura se ha utilizado como un remedio popular a lo largo de la historia y tiene muchos beneficios para la salud. Sin embargo, es importante saber que muchos de sus beneficios son específicos para la miel pura y no para la miel artificial.
En el caso de la miel artificial está alterada por diferentes compuestos químicos e industriales, puede contener jarabe de azúcar, azúcar invertido, almidón, harina, glucosa, jarabe de maíz, melaza, dextrosa o cualquier producto similar, con la excepción del néctar de las flores cosechadas, procesadas y almacenado por las abejas.
A simple vista, es difícil distinguir entre una artificial y la real, por lo que el riesgo de comprar una falsa es muy alto.
Para no incurrir en la compra de la artificial es importante conocer ciertos detalles que permiten detectar la real.
-La prueba del fuego: Este truco consiste en encender una bola de algodón con el fuego y sumergirla en miel, la verdera y pura arderá.
-La prueba del horno de microondas: En un recipiente se agrega miel y se introducirse en el microondas durante 40 segundos. La muestra se caramelizará si es real, pero si es falsa se volverá espumosa.
-La prueba de disolución en agua: Se utiliza un vaso con agua y se agrega la miel, en caso de ser pura no se disuelve fácilmente y requiere un poco de esfuerzo para que sus partículas grumosas desaparezcan por completo. Mientras que la miel falsa, en vista de su alto contenido químico, se disuelve fácilmente.
