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Opinión

Brevísima dictadura, ojalá tenga consecuencias positivas

Miguel Ángel Rodríguez

 

El presidente Pedro Castillo sin mayor experiencia ni representatividad política fue electo legítimamente de conformidad con las normas constitucionales de su país. Vivió en un constante enfrentamiento con otras fuerzas políticas representadas en el Congreso de Perú.

Para evitar un nuevo intento para deponerlo de su mando, de acuerdo con las normas de ese país que han causado la destitución de los tres presidentes anteriores a Castillo, intentó convertirse en dictador anunciando el cierre del poder legislativo, inaugurando un “gobierno de excepción” por medio de decretos-ley, declarando un estado de sitio y prometiendo una convocatoria a la elección de un nuevo congreso con facultades constituyentes.

Su intento de dictadura duró muy pocas horas antes de que el Congreso lo destituyera, la Procuraduría lo denunciara penalmente y se diera su arresto.

En los noventa del siglo XX la dictadura que estableció el presidente Alberto Fujimori promovió la adopción de la Carta Democrática Interamericana (CDI). 

Los hechos del 7 de diciembre en Perú deberían promover acciones para fortalecer la vigencia de la democracia liberal en nuestro hemisferio y su defensa interamericana como derecho humano de los americanos a vivir en democracia con pleno respeto de sus libertades, su dignidad, sus derechos humanos con la vigencia de efectivos estados de derecho.

Vivir en democracia nunca ha sido fácil, ni nunca está asegurado. Vivir en una sociedad que respete la dignidad, la libertad y los derechos intrínsecos de todas y cada una de las personas requiere: 1.- la vigencia de las libertades y normas necesarias para que se dé una verdadera representatividad en quienes ejercen el gobierno, 2.- que funcione un Estado de derecho efectivo que asegure la defensa y garantía de los derechos humanos, y 3.- que prevalezca una verdadera cultura de libertad y democracia que permita la operación de una sociedad fuerte, que limite las acciones del estado e impida se convierta en el Leviatán, y también permita la operación de un estado fuerte para evitar la anarquía y los abusos de los poderosos.

La construcción de un estado, una sociedad, una juridicidad y una cultura democráticas ha sido una lucha milenaria de las personas en su afán de vivir dignamente, libres y con capacidad de progresar en la satisfacción de sus necesidades.

Y es una lucha que nunca termina.

La historia es categórica. Basta con repasar la vida de las naciones de América Latina posterior a la Independencia. Cada vez que se sacrifican las instituciones que promueven la libertad puede ser que “comiéndose las mejores vacas” aumente temporalmente el bienestar material, pero se pierde el hato de cría. Con la pérdida de la libertad se destruye el Estado de derecho y se acaban la seguridad jurídica, el interés por emprender, el respeto a la propiedad privada, la capacidad de contratar, de innovar y producir con eficiencia.

Después del gobierno del presidente Alberto Fujimori se da un poderoso llamado de atención. Se nos recordó que la democracia no solo se pierde por golpes de cuartel.

Por iniciativa de Costa Rica en la Cumbre de las Américas de Ciudad Quebec se aprobó en 2021 la Cláusula Democrática que reserva la participación en ese proceso solo a gobiernos democráticos y pocos meses después con el patrocinio de Canadá, Costa Rica y Perú se aprobó la CDI.

La CDI inicialmente se pudo aplicar exitosamente.

Pero, como lo evidencia la Cumbre de las Américas de este año en Los Ángeles, los ánimos por la defensa de la libertad y la democracia liberal han flaqueado en una buena parte de los gobiernos de nuestro continente, posiblemente por la caída del aprecio por ellos que se viene dando en este siglo.

Por otra parte, con alguna razón algunos juristas señalan que es necesario cambiar el régimen sancionatorio de la CDI, pues expulsar al infractor no ayuda a reconquistar la democracia.

La brevísima dictadura del expresidente Pedro Castillo debe otra vez desde el Perú impulsar el desarrollo de mecanismos interamericanos para proteger el derecho humano de los americanos a vivir en una democracia liberal. 

¿Tendrán de nuevo Canadá, Costa Rica y Perú la voluntad y la capacidad de liderar esa tarea como lo hicimos hace 21 años?

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

EMAIL: [email protected]

Lunes 12 Diciembre, 2022

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Miguel Ángel Rodríguez

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