Soy un hombre casado de 38 años. Tengo doce años de casado y la relación siempre ha estado muy bien salvo en el área sexual. Ella nunca tiene ganas y cuando tenemos relaciones es porque yo insisto. Hace poco me di cuenta de que ella tiene una amistad muy cercana con un muchacho del gimnasio. Me da miedo que me esté siendo infiel, pero también me da miedo enterarme porque sé que sería el fin de nuestro matrimonio.
Aunque hay muchos tipos de vínculos maritales se considera que la confianza mutua es un ingrediente indispensable para que la relación funcione con armonía. Esta confianza abarca múltiples facetas tan delicadas como la emocional y tan pragmáticas como la económica, desde luego, también incluye el área sexual.
En culturas como la nuestra, la infidelidad es considerada la máxima deslealtad y como tal pone en peligro la misma estabilidad del vínculo. Por esa razón muchos, tanto hombres como mujeres, ante una probable infidelidad, experimentan sensaciones ambiguas. Por un lado, quieren constatar la veracidad de las sospechas y por otro temen las consecuencias si en realidad fuera cierto. Es claro que esta ambivalencia es un verdadero calvario que desgasta emocionalmente y que a la vez afecta la fluida interacción cotidiana, tanto con la pareja como con el resto del mundo.
Por eso, en estas circunstancias lo recomendable es recurrir a la conversación abierta y distendida orientada a aclarar la situación, desde luego, de forma muy respetuosa para evitar resentimientos. Si resulta cierto, esa plática servirá para tomar decisiones, sea buscar ayuda profesional, o meditar sobre una posible separación. Si, por el contrario, no sucedió una infidelidad, la calma y la armonía volverán.
PERIODISTA:
CRÉDITOS: Dr. Mauro Fernández
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Sábado 29 Octubre, 2022
HORA: 12:00 AM
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