Desde hace unos años se ha normalizado el hecho de vestir a los perros y no es extraño verlos en cualquier lugar con diferentes modelos de ropa.
Sin embargo, es importante repasar las necesidades de los perros para entender, qué tan necesario es implementar esta habito.
En principio, los perros son animales perfectamente adaptados a su entorno, con un pelaje que les protege de las temperaturas extremas, calientes y frías, además de preservarles la piel de daños.
No obstante, si algo caracteriza a los perros es su vínculo con los seres humanos, esta relación ha sido la causa de modificaciones en sus características físicas, dando lugar a las distintas razas de perros.
Esta diversidad hace que existan perros sin pelo, otros con mantos tupidos habitando zonas cálidas o, al contrario, perros no adaptados a climas fríos soportando bajas temperaturas.
Los perros sin pelo o aquellos que, por diversas causas, presenten áreas considerables del cuerpo sin pelo deben protegerse del frío, pero también, del calor, ya que podrían sufrir quemaduras.
Además del frío, utilizar ropa para la lluvia es otra opción tanto para proteger al perro como para facilitarnos su secado al volver a casa.
Abrigar a un perro con un jersey o una chaqueta normal con lluvia, hará que penetre el agua y, por ende, pueda resfriarse.
Para los paseos, se recomienda el uso de chaquetas impermeables o fabricadas con materiales aislantes que eviten la penetración del frío.
Es importante tomar las medidas del perro para escoger una talla adecuada y que no se vean dificultados sus movimientos.
Dentro de la practicidad, se debe tener en cuenta la facilidad de su lavado, comprobando tanto la posibilidad de limpiarlo en lavadora como de eliminar una mancha puntual, sin perder de vista la necesidad de un secado rápido.
No todos los perros van a aceptar a la primera ponerse ropa. En estos casos, lo mejor es no forzarlo, sino acostumbrarlo paulatinamente a la prenda poniéndosela en casa, siempre de una manera relajada, por espacios cortos de tiempo que se irán ampliando hasta que la acepte y pueda llevarla también en el exterior.
Por último, se debe conocer el material del que está hecha la prenda, escogiendo el más ligero para los meses cálidos si nuestro objetivo es proteger contra el sol, telas impermeables para evitar el agua y aquellas más gruesas para resguardar al perro del frío.
